Reproducen contenidos del celular o la PC, a los que se conectan por Bluetooth o Wi-Fi. Alcanzan hasta 120 pulgadas con nitidez y valen entre 5 mil y 20 mil pesos.


Las estanterías con los grandes inventos tecnológicos están repletas de mecanismos desatendidos, que tras un período de suspensión y diagnóstico, vuelven al ruedo con algunas modificaciones en su estructura. Este es el caso de los proyectores, que pasaron de ser un instrumento de elite a un objeto que se lleva en el bolsillo, cuestan tres veces menos que un televisor HD y permiten desplegar una pantalla de 50 a 120 pulgadas sobre cualquier superficie plana.

Estos dispositivos, en forma de cubo o rectángulo, pesan menos de 200 gramos, incorporan parlantes internos para expandir el sonido por el ambiente y entrada de audio para sumar una barra de sonido. Se conectan con el móvil a través de Wi-Fi o Bluetooth y algunos vienen con una memoria interna para descargar contenido.

Son capaces de reproducir a pantalla completa, series, películas o televisión en vivo. En cuanto a su relación de aspecto, hay tres formatos posibles: el de los televisores de tubo, 4:3; el estándar actual, 16:9; y el de las salas de cine, 21:9. Además, vienen con baterías recargables que prometen varias horas de autonomía.

En el país se consiguen modelos Noblex, Sony y Philips. Hay también un módulo para los teléfonos Moto Z, llamado Insta Share, que se adhiere sobre el lomo del celular y convierte cualquier pared en una pantalla de 70 pulgadas. Además hay una tableta Lenovo, la Yoga Tab 3 Pro, que incluye un pico proyector LED DLP. Todos los modelos incluyen una perilla para regular el enfoque de la imagen.

“Se recomienda mirar la cantidad de lúmenes (la medida de la potencia luminosa emitida por la fuente) que posee el proyector. Es importante fijarse que diga la palabra “Ansi”, ya que eso significa que está aprobado y que los lúmenes que dice son reales. Por otra parte, hay que investigar el tiempo de duración de la batería sin necesidad de conectarlo. Además, averiguar cuál es el máximo que puede proyectar el dispositivo y en que calidad”, resume Kevin Zolotow, Sales & MKT de Sony Argentina.

Como una pequeña computadora con una ventana, algunos equipos ya traen instalado una versión del sistema operativo Android, con las aplicaciones más destacadas como Netflix, YouTube, Spotify o Flow. Para facilitar su manejo, se les puede adaptar un teclado inalámbrico.

En su precio se cruzan diferentes variables como la resolución que son capaces de alcanzar (desde Full Wide VGA a HD Ready) y los lúmenes. Los más accesibles arrancan en $ 5.000 y los que no tienen desperdicios llegan a los $ 20.000.

Al ingresar a la esfera de lo técnico, el aspecto clave son los lúmenes que indican la potencia del proyector, es decir, la cantidad de luz que es capaz de emitir. Cuanto mayor sea el número de lúmenes mayor potencia tendrá el foco.

Al momento de evaluar la calidad final de la imagen, habrá que cotejar la resolución del archivo, que depende de su nivel de compresión. No es lo mismo proyectar un contenido en 720p que tenerlo en 4K.

A diferencia de los proyectores que se usan para hacer presentaciones en vivo, que soportan algunas líneas de claridad, los de uso doméstico sólo responden en un entorno con baja luminosidad. Así, uno con mil lúmenes de brillo será más que suficiente para una experiencia de cine.

Otro de los puntos débiles es su lámpara, que tiene una vida útil estimado de 4.000 horas. Mientras los modelos profesionales admiten reemplazo, estos bloques sellados no brindan acceso a su interior.

El contraste o diferencia entre el blanco más intenso y el negro más puro, establece la profundidad de los tonos y el brillo de los colores. El problema es que si posee muchos lúmenes y un contraste bajo la imagen se verá lavada. Los niveles nativos de contraste a partir de los 2000:1 son los ideales para armar una gran función hogareña. En cuanto a la resolución, los más modestos marcan 640 por 360 píxeles, los de nivel intermedio logran 854 por 480 píxeles y están los que llegan a 1280 por 720 píxeles.

Además, cada aparato tiene un límite de proyección máximo, que está determinado por la distancia a la pared. Los tamaños de proyección que consiguen van desde las 50 a las 120 pulgadas en función de la distancia que se lo coloque y de las características propias del hardware.