Si bien el jugo de Aloe Vera hoy en día se ofrece en forma comercial, lo ideal es beber uno preparado en forma casera.
Al elaborarlo nosotros mismos nos aseguramos de que se trata de un producto 100% orgánico y que de esta forma no posee ningún tipo de ingrediente artificial ni aditivos químicos como conservantes, saborizantes, etc.
Pasos a seguir
Corta con un cuchillo bien afilado algunas pencas (hojas carnosas) de una planta de Aloe Vera. Trata de cortarlas bien en la base, pero sin lastimar a las demás hojas que quedarán en la planta.
Corta en primer lugar las hileras laterales de pequeñas espinas.
Lava cuidadosamente las hojas.
Pela la cáscara o corteza de las pencas y échalas a la basura.
Asegúrate de quitar la capa amarillenta que está debajo de la corteza, pues esta parte puede resultar irritante e incluso causar diarrea y molestias al estómago. Además resulta muy amarga.
Reserva solo los cristales, es decir la sustancia gelatinosa transparente que se encuentra en el interior de las hojas.
Coloca el gel de Aloe Vera en una licuadora, batidora o procesadora.
Agrega a la preparación una porción de jugo de alguna fruta cítrica.
Continúa licuando unos instantes más, hasta obtener una consistencia homogénea.
Datos a tener en cuenta;
Trata de preparar el jugo inmediatamente después de haber cortado las hojas, pues las mismas comienzan a oxidarse muy rápidamente al tener contacto con el aire.
Una vez preparado, el jugo debe ser colocado en la nevera, en un recipiente hermético. Allí puede ser conservado hasta por una semana, mientras se va consumiendo, aunque cuanto antes se consuma, más se aprovechan sus propiedades.
Si te apetece, puedes endulzarlo con miel o con algún otro producto natural.
María Macarena
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