Luciana Luján Báez nació en San Isidro, pero actualmente vive en Tigre Centro con su marido y su hija Guadalupe. Es profesora de nivel inicial y estudió Bellas Artes, pero esta no es su profesión actual, ya que tiene un emprendimiento de productos para bebés.

Por: Sol Urroz y Carolina Badano

Su emprendimiento se llama “Tienda Guadalupe” y lleva ese nombre por su hija. Comenzó en mayo del 2019, en ese momento ella trabajaba como docente en un jardín maternal.

“La idea surgió a partir del nacimiento de una sobrina a comienzos de ese año, ya que le quise regalar algo hecho por mí. Y como me interesa la metodología Montessori, busqué algo relacionado a eso. Y así surgen mis gimnasios. Hice uno para regalárselo y ahí fue cuando le dije a mi marido, ¿y si vendo esto? Siempre me gustó todo lo que tenía que ver con las maderas, pintura, manualidades y diseño”.

El gimnasio Montessori, es un producto que está pensado para bebés de entre 2 meses a 1 año, ahí pueden desarrollar los sentidos gracias a sus colgantes. En cada etapa de su crecimiento lo usará de diferentes maneras. Al principio estará acostadito mirando hacia arriba y podrá observar los juguetes colgados, mejorando la coordinación de los ojos, ya que le llamará la atención el movimiento, los colores, las formas. Luego tratara de tocarlos con sus manos y sus pies, ayudándolo a estimular los sentidos, como el tacto, la vista, el oído, mediante diferentes texturas, colores y sonidos. Más adelante, jugará sentado, en donde obtendrá una perspectiva nueva del juego que lo rodea. Y luego podrá usar el gym para tratar de pararse.

Comenzó a hacer los productos con ayuda de su esposo y la de su suegro. Trabajaba en el jardín por la mañana y por la tarde se dedicaba a armar los gimnasios. Luego lentamente fue sumando productos como, alfombras, bloques de madera, hamacas de tela, tableros sensoriales, guirnaldas, banderines. Ella hacia los productos desde la comodidad de su hogar y luego los vendía a través de Instagram y Mercado Libre.

En este sentido, Luciana dijo: “Un mes antes de la pandemia, decidí renunciar al jardín y dedicarme 100% al emprendimiento, Y luego vino el confinamiento. En ese momento tuve mucho miedo, todo estaba cerrado, mi trabajo no era indispensable para poder salir a la calle. Pero continúe, tuve que modificar algunos productos según los proveedores que conseguía y de a poco, con la venta online, el emprendimiento comenzó a crecer muchísimo”.

Al comienzo de este año surgió la oportunidad de poner un taller, actualmente está trabajando en ello para terminarlo lo antes posible. La principal idea del mismo es lograr tener algunos días de showroom para que los clientes puedan ver los productos personalmente.

“La diferencia con otros gimnasios es que los nuestros, se arman con dos tornillos a los costados. Sabemos que es menos practico porque necesitamos de un destornillador, pero, nos pareció lo más seguro. De esta manera, las patas no se podrán mover ni para adentro ni para afuera. Usamos colores pasteles, suaves, colores que se caracterizan por transmitir tranquilidad, sensación de armonía, paz, y dan un efecto de calma. También, siempre recomendamos, que luego se puede usar el gym como percherito. De esta manera fomentamos la independencia y autonomía, ya que solitos podrán ponerse los abrigos y colgarlos después”, subrayó.

Tienen muchos objetivos, como todo emprendimiento, pero uno de los más grandes a la hora de ofrecer sus productos en el mercado, es que los juguetes se pueden reutilizar, y al ser de madera son más resistentes, fuertes y duraderos. Buscan darle al bebe una conexión con la naturaleza, a través de los materiales que usan para crear sus productos.

“Creo que luego de la pandemia creció muchísimo la venta online, y eso ayuda a las personas a poder animarse a crear nuevos emprendimientos. Las redes sociales fueron un gran motor para poder usarlas como estrategia de venta”.

“Hoy en día existen diversos cursos que te enseñan como podés aprender por vos mismo a hacer muchísimas cosas desde tu hogar y a tu tiempo. Creo que es animarse, capacitarse y arrancar. Tener constancia y no bajar los brazos”.

Esta última frase que nos regala Luciana resume la vida de un emprendedor, podes tener un montón de ideas y no hacer nada por eso, pero ser realmente un emprendedor es animarse a ir por ese sueño que está en vos, por supuesto requiere sacrificios, y muchos dolores de cabeza, pero finalmente cuando tu emprendimiento este encaminado comprenderás que todo esfuerzo tiene su recompensa.

Gracias Luciana por enseñarnos a luchar por lo que queremos

Si queres conseguir algunos de sus productos podes buscarlos en IG como: @tienda.guadalupe