Nuestro programa de descenso de peso, tiene la experiencia y camino recorrido, para conocer estas características conductuales y es por eso que podremos ayudarte a lograr planificar tu alimentación de forma consciente e inteligente, aprendiendo a darte esos gustitos sin que afecte tu proceso de transformación.
Columna de la Nutricionista: Silvina Spitalnik
La clave de la planificación por anticipado, permite la posibilidad que te adelantes a tomarte tu tiempo para comer, abre la posibilidad de que conozcas y pruebes otras comidas, disfrutando de su sabor y textura, todo nuevo al paladar, así darnos la posibilidad de experimentar algo nuevo, nos lleva a movernos de la zona de confort, ósea de los sabores que ya conocemos y por costumbre siempre recurrimos a lo mismo, sin tener variedad de alimentos.
¿Te has puesto a pensar que comes cada vez que salís con tus amigos, familia, pareja o colegas de trabajo? Tu respuesta, seguramente, te llevara a pensar en pedir ayuda, de ahora en más.
Conciliar el placer de comer algo diferente, sin descuidar nuestra salud, es el mayor compromiso para transformar tus pensamientos, creencias y hábitos.
Te daré algunas ideas, para tomar decisiones inteligentes:
Si salís a desayunar, elegí tostadas de pan integral con queso untable y 1 compotera con ensalada de frutas, café con edulcorante.
Un desayuno tradicional con 2 medialunas (aportan 250 calorías) o 1 porción de torta (aporta de acuerdo a la variedad entre 300 y 500 calorías) con café y azúcar. Total, de calorías de un desayuno tradicional 400 a 600.
En cambio, un desayuno light aporta 175 a 200 calorías, aportando fibra, vitaminas y minerales.
Otro ejemplo, puede ser, cuando estamos en la calle con varias horas sin comer o bien no llevamos comida al trabajo o buscamos soluciones rápidas para complacer el hambre, pero no la saciedad, eligiendo la opción de sándwich de salame o jamón y queso con pan tipo pebete, esta opción nos resuelve el hambre del momento, pero no nos da saciedad, lo cual, a la hora ya tenemos hambre nuevamente y comienza el picoteo sin ser conscientes. El sándwich nos aporta entre 500 a 550 calorías, en cambio, si pedimos un sándwich con pan integral tipo lactal, queso, tomate y lechuga, nos dará saciedad por más tiempo y aporta 140 a 160 calorías.
Todo comienza en tomar decisiones inteligentes que ayuden a nuestra transformación física y emocional.
Quisiera compartir con todos ustedes, la experiencia que nuestros pacientes van sintiendo y experimentando su transformación física, creencias arraigadas y emociones que los ayuda a seguir transitando el aprendizaje y afianzamiento de sus nuevos hábitos de vida.
Soy Mariel, tengo 54 años. Al iniciar este camino de cambio de hábitos, no estaba convencida de poder modificar mi peso y mi estilo de vida en general. Pensaba que no iba a poder con lo que me digan que tenía que comer o hacer, ya que lo había intentado muchas veces desde la pubertad. Lograba bajar de peso, pero al poco tiempo subía… En mi entorno me decían que estaba gorda, pero yo siempre me veía bastante igual.
Una amiga que estaba muy contenta con los cambios que estaba logrando me regalo un mes de prueba y así inicié. Paulatinamente entendí que podía hacer este proceso sin ser juzgada y con una mirada profesional que me ayudaba a conocerme y comprender mis decisiones. Nunca había tenido la experiencia, ya que antes me daban una dieta que tenía que cumplir, prediseñada. Lo importante es tomar la decisión de cambiar hábitos para que sean saludables, y eso es paso a paso, día a día.
Otro momento importante para mí fue descubrir el lugar que tenía -y aún tiene en momentos difíciles-, la comida para resolver o afrontar situaciones ansiógenas y angustiantes, como una especie de semáforo personal que me alerta y me permite decidir mejor. Así, pude detectar si era apetito o aburrimiento, angustia, por ejemplo.
Las principales luchas para mi tienen que ver con el consumo de agua diario y manejar mi alimentación ante momentos críticos donde mi cuerpo no responde como antes ante una enfermedad nueva como la hipertensión. Es importante para mí contar con los encuentros semanales con la nutricionista, así como contar con los espacios de taller que me permiten contar con información que se transforma en recursos. La actividad física también supuso un desafío ya que no me movía hace varios años; la ayuda y acompañamiento para descubrir y sostener la actividad física llevó un tiempo, parecía que no me podía comprometer, pero pude entender que mi cuerpo necesita escalones hasta que pude comenzar a disfrutar.
En este sentido, el cambio de la imagen corporal es un punto del que no tenía consciencia, es importante lo que pude comprender ya que uno sostiene la imagen anterior del cuerpo y la mirada del entorno fue importante para volver a mirarme y un aliciente a continuar, aunque a veces me dio temor. Pude aprender que “No hay cambio sin tiempo dedicado al mismo”. Gracias porque luego de un año y medio, sigo afrontando y sosteniendo el cambio.