El delantero fue clave para que Juventus se quedó con el noveno Scudetto consecutivos, mientras que el volante lideró al Atalanta en una histórica temporada para el equipo de Bérgamo


La máxima categoría del fútbol italiano terminó, una vez más, con un equipo en la cima de las posiciones: Juventus, que se transformó en amplio dominador de la Serie A en los últimos tiempos, alcanzó su título número nueve de forma consecutiva y confirmó todo su poderío en el Calcio. Más allá de obtener un nuevo Scudetto, la nota salientes de esta temporada victoriosa lleva la firma de Paulo Dybala, el delantero argentino que se ganó, a fuerza de grandes apariciones, ser considerado pieza clave para el equipo dirigido por Maurizio Sarri.

Tan valioso fue el aporte de Dybala que la Serie A nombró al 10 de la Juve como el mejor jugador del año de un torneo que, cómo ocurrió con las otras grandes ligas de fútbol en Europa, se paralizó durante varios meses por el avance de la pandemia de coronavirus que afectó al Viejo Continente en el pasado mes de marzo.

Además del reconocimiento que se llevó el delantero de la Vecchia Signora, otro argentino también fue condecorado: Alejandro Gómez, capitán y figura de la sorprendente Atalanta que luchó por el título con la Juventus y el Inter, se quedó con el premio al mediocampista más destacado.

A través de su sitio web oficial, la máxima categoría del fútbol italiano indicó que la clasificación de los ganadores se elaboró de acuerdo con el sistema de estadísticas que lleva adelante la competición con la ayuda de los datos de seguimiento registrados por la empresa Netco Sports. Para el cálculo final y determinar la valoración de cada futbolista para los premios, se consideraron todos los partidos jugados en la Serie A, la Copa Italia y la Supercopa de Italia.

Es importante destacar que, a pesar que no fue la temporada en la que más goles anotó, Dybala fue decisivo en el regreso del fútbol después del parate por el coronavirus. Terminó la liga con 11 tantos, pero en ocho ocasiones marcó el gol inicial de su equipo, y nueve asistencias. Además, generó 69 ocasiones y completó 65 regates en toda la temporada. Jugó 33 partidos, en los que participó en un total de 2.165 minutos en el campo. Pero más allá de lo estadístico, el cordobés se transformó en el conductor de un equipo en el que también volvió a brillar Cristiano Ronaldo, que cerró el año calendario en el segundo puesto entre los máximos goleadores detrás de Ciro Immobile, atacante de la Lazio.

El caso de Gómez también es motivo de estudio. El volante de 32 años fue uno de los artífices de la gran campaña que completó Atalanta, que terminó en la tercera colocación del Calcio y se aseguró volver a participar de la Champions League el año próximo. En la institución de Bérgamo desde 2014, el Papu terminó con siete goles, pero donde más se vio su mejoría fue en otro rubro: acabó la temporada con 16 asistencias, su marca más alta desde que llegó a Italia proveniente del Metalist Járkov, de Ucrania.

Más allá de los premios para los futbolistas argentinos, los otros jugadores que fueron galardonados fueron Wojciech Szczesny, de la Juventus, como mejor arquero; Stefan De Vrij, del Inter, elegido mejor defensor; el mencionado Ciro Immobile, de Lazio, como mejor delantero; y Dejan Kulusevski, de Parma, que se llevó el premio al futbolista joven más destacado.