Las ojeras son coloraciones grisáceas o moradas, antiestéticas y que aparecen en el párpado inferior del ojo, dado que la piel de ese lugar es tan fina que las venas se transparentan bajo la piel.
La mayoría de las personas las relaciona con la falta de sueño, pudiendo ser un motivo, ya que el cansancio provoca que los vasos sanguíneos se dilaten, mostrando un color azulado que resalta con el resto de la piel, pero muchas personas, tanto hombres como mujeres, las sufren incluso cuando no están desvelados o agotados.
Si quieres saber qué otras causas hacen que éstas antiestéticas manchas aparezcan, no dejes de leer esta información.
¿Qué son las ojeras?
Las ojeras son alteraciones en la coloración de la piel de alrededor de los ojos, que muestra un color más oscuro de lo habitual. Afectan tanto a hombres como a mujeres y niños.
No es un problema médico sino estético, ya que su presencia altera el rostro y se asocia con ojos cansados, enfermos o con miradas tristes o perdidas.
Síntomas de las ojeras
Manchas de color azul o marrón oscuro en la piel del contorno de ojos.
Podemos clasificar las causas de las ojeras en los siguientes grupos:
hereditarias. Las personas con antecedentes genéticos son más propensas a desarrollar esta afección.
enfermedades. Como alergias, asma, conjuntivitis, eccemas. Al rascarnos la zona escocida puede irritase la piel de la zona de debajo de los ojos, generando una acumulación de sangre que provoca un aumento del tamaño de las venas de la zona.
afecciones del aparato circulatorio. Los vasos sanguíneos subyacentes, al dilatarse, se hacen más visibles y originan ojeras de color azulado. Esto es todavía más acusado en personas de piel blanca o fina.
edad. Con el paso de los años la piel de esa zona se vuelve más fina y los vasos sanguíneos subyacentes más dilatados, con lo cual se marca más su presencia.
raza. Ciertas razas, como la mediterránea, al ser más oscuras que otras, pueden originar la acumulación de pigmentos debajo de los ojos.
alteraciones hormonales o acumulación de líquidos. Ambas circunstancias, por ejemplo en el embarazo o durante la regla, pueden provocar la aparición de ojeras.
La luz solar, el cansancio o la falta de sueño no generan ojeras, pero hacen que resulten más visibles.