La mortalidad infantil en San Miguel bajó a un dígito (9,5 por cada mil bebes nacidos vivos) y se consolida como uno de los índices más bajos del conurbano bonaerense.
Es el indicador que expresa el número de muertes de bebés menores de un año de edad por cada 1000 niños nacidos vivos en el período de un año.
Las políticas públicas llevadas a cabo por la Secretaría de Salud y Bienestar Familiar de San Miguel son los motivos de esta baja en las estadísticas provinciales de mortalidad infantil en el distrito, cuando en los dos años anteriores se había ubicado por arriba de los 10 puntos.
El aumento de la complejidad en los servicios de salud con la compra de nueva aparatología neonatal, la construcción de una terapia intensiva pediátrica, el mejoramiento de la alimentación materno infantil y la promoción de la lactancia, son algunas de las acciones que realiza el municipio.
La implementación del programa “1000 días”, que trabaja con un acompañamiento casa por casa de las madres en situación de riesgo es vital en este contexto, ya que brinda un régimen de controles médicos, de ingesta de vitaminas y hierro que disminuye los índices de anemia bajando la morbimortalidad infantil, además de un aporte de leche en bebes prematuros, entre otras acciones.
“Lo novedoso de este proyecto es que salimos a buscar a las madres a sus propias casas. Algunas podemos detectarlas en el hospital, pero además hacemos búsquedas en los barrios. Intentamos trabajar en su autoestima y en el vínculo con sus hijos, además del aporte nutricional que corresponda”, explicó Pablo de la Torre, secretario de Salud del municipio.
El propio De la Torre recorrió junto al intendente Jaime Méndez la maternidad del Hospital Larcade esta semana, además de la terapia neonatal y la flamante Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica.
San Miguel cuenta con dos hospitales municipales y más de 20 Centros de Atención Primaria de Salud ubicados en los barrios del distrito, que fueron especialmente remodelados y equipados con tecnología de última generación.
