Javier Milei modificó su discurso después de la derrota en Buenos Aires y a pocas semanas de las elecciones del 26 de octubre. En la cadena nacional donde presentó el Presupuesto 2026, dejó de lado las críticas duras y habló de trabajar “codo a codo” con gobernadores, senadores y diputados.

Anunció aumentos en áreas clave: 5 % para jubilaciones, 17 % para salud, 8 % para educación, un refuerzo en asignaciones por discapacidad y $4,8 billones extra para universidades nacionales.

El giro no fue casual. La caída electoral, la presión del dólar en el mercado y las tensiones dentro de su equipo lo llevaron a bajar el tono. Además, reacomodó su gabinete: volvió a darle rango ministerial al Interior y abrió mesas de diálogo federal con los gobernadores.

El desafío ahora es que las promesas no queden solo en palabras. Los mandatarios provinciales esperan señales firmes en la discusión del presupuesto, mientras que el Congreso se prepara para rechazar varios de sus vetos, entre ellos los fondos para universidades, el Garrahan y la emergencia en discapacidad.