Fiesta completa en el Monumental. Se vivió a pleno «la fiesta de los campeones», en el primer amistoso de la Selección Argentina después de la conquista del Mundial de Qatar 2022, en el estadio de River Plate, en Núñez, en la victoria 2-0 sobre Panamá.
El DJ Fer Palacios empezó a calentar la fiesta. Se proyectó la «película de los campeones», seguida por Los Totora, a puro ritmo, con los simpatizantes bailando y cantando.
Luego volvió Fer Palacio y apareció en escena La T y la M. Todo, a pura fiesta, con banderas argentinas, carteles, gorros y muchísimos con la camiseta de Messi y de otros campeones.
Minutos antes de las 19, Rodrigo De Paul y Leandro Paredes entraron al campo de juego y empezaron los gritos de euforia de los hinchas. Tal es su la costumbre de ambos, se pusieron a comer caramelos en el centro, a la vez que saludaron a sus familiares y a los simpatizantes.
Enseguida la gente comenzó a cantar al ritmo de «Somos campeones otra vez…», del ya famoso «Muchaaaachos…», hasta que apareció «El que no salta es un inglés, el que..:».
Otros jugadores también fueron a reconocer el campo y saludaron a la gente, que siguió cantando, saltando y bailando, viviendo un día único. Y otra gran ovación se dio con el ingreso de Lautaro Martínez.
Pasadas las 19, como estaba previsto originalmente, aparecieron el Tula y Fernando Romero, el creador de la inolvidable canción «Muchachos» y el estadio pareció explotar. Toda la gente cantó en el Monumental, como los familiares y amigos de Messi y los demás futbolistas.
Después fue el turno de proyectar, en el terreno de juego, una filmación con la película de los campeones mundiales. Hubo jugadas y goles que ya son historia y quedaron grabados a fuego en los hinchas, atajadas de Dibu y las definiciones por penales. .
Pasadas las 19:30, Emiliano Martínez salió al terreno del Monumental y el estadio estalló al ritmo de «Olé, olé, olé, olé, Dibu, Dibu…». El arquero agradeció los cantitos y, acto seguido, empezó a hacer su bailecito como en las definiciones de penales, arengando a la gente. Y fue pura alegría para todos.
El 10, el genio Lio Messi, ingresó a la cancha pasadas las 19:45 y fue todo fervor, gritos, delirio absoluto. Es la estrella indiscutida, el mejor del planeta fútbol, y provocó la mayor ovación de esta fiesta inolvidable. El crack rosarino saludó, a la vez que entró en calor con sus compañeros.
El plantel argentino hizo su entrada al Monumental y llovieron los aplausos y gritos. El capitán Messi, como cada uno de sus compañeros y el técnico, se mostraron emocionados, sonrientes, gozando de un festejo particular, realmente inolvidable. Hubo emoción a flor de piel, viviendo un momento soñado, con un sabor inigualable en casa.
Llegó el turno del himno nacional, que lo entonó Ariel Ardit, acompañado por miles y miles de voces en el estadio. Pegadas a una línea de cal, las esposas y parejas de los jugadores locales filmaron con sus celulares, con evidentes gestos de emoción y satisfacción. Y llegó la hora del juego, del primer amistoso oficial tras la coronación mundialista.
Después del 0-0 del primer tiempo, se lució el rapero Wos. Los hinchas volvieron a cantar, a la espera de los goles para tener una noche ideal, perfecta.
Al final llegó el gol de la Albiceleste. Fue Thiago Almada el encargado de abrir el marcador en la noche porteña, tras varios rebotes. Si algo más hacía falta para ponerle el moño, llegó Messi, luego de intentos fallidos de tiro libre, para convertir por esa vía, a un minuto del final del partido. Llegó otra ovación, con el 10 con los brazos en alto, feliz, con la sonrisa a flor de piel. Y llegó el final con la alegría por el triunfo 2-0.
Terminado el partido, otro momento tan esperado y soñado: Messi levantó la Copa del Mundo frente a los argentinos, en su país, en un Monumental repleto de gente y de emociones. Llegó otra ovación estruendosa, con sus compañeros con cara de felicidad total.
Messi y Scaloni recibieron distinciones especiales por parte de la AFA y se proyectaron imágenes del proceso vivido por la Selección durante el Mundial de Qatar. Hubo fuegos artificiales y los jugadores armaron una ronda grande en la mitad de la cancha y saltaron y cantaron como cada uno de los simpatizantes en las tribunas. Realmente, sensacional, para guardar en el baúl de los más hermosos recuerdos.