Finalmente este jueves el Gobierno seguirá de cerca el comienzo del tratamiento de la nueva Ley Bases en el Congreso, confiado en que tiene los votos para que, en esta oportunidad, la iniciativa sea aprobada.
Si bien en la Casa Rosada insistían en que el presidente Javier Milei “tiene los mecanismos para poder gestionar, incluso si no se sanciona” el paquete de proyectos, las autoridades nacionales consideran que el texto ya logró el consenso necesario.
A diferencia de lo que ocurrió a fines del año pasado y principios de este, los funcionarios se mostraron más abiertos al diálogo y aceptaron quitar de la discusión todos aquellos artículos que generaban diferencias con la mayoría de la oposición.
De hecho, hasta últimas horas del miércoles, Martín Menem, el secretario ejecutivo de Gobierno, José Rolandi, mano derecha del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, recibió a los líderes de distintos bloques para destrabar una pelea por la reforma laboral.
El oficialismo necesita a los diputados de ambos espacios para poder sancionar la ley, por lo que la falta de acuerdo entre los dos partidos hizo peligrar todas las negociaciones que se llevaron adelante estos meses.
Se excluyeron del texto los puntos vinculados con las cuotas solidarias, la ultraactividad de los convenios colectivos, la reglamentación del derecho de huelga en los servicios esenciales, la limitación de las asambleas y el teletrabajo, entre otros.
El objetivo del Gobierno sigue siendo que la ley vaya a al recinto entre el lunes y martes de la semana que viene, para que a más tardar se vote en la madrigada del miércoles, y así se lo hizo saber recientemente el ministro del Interior, Guillermo Francos, a Oscar Zago.