El ejecutivo habilitó una reducción de cinco puntos en la tasa de interés aplicada por el Banco Central en su ventanilla de liquidez, en el marco de un intento por evitar que queden “pesos sueltos” en la plaza financiera. La medida busca despejar riesgos inflacionarios y de tipo de cambio, justo antes de una crucial licitación que enfrenta vencimientos por más de 7 billones de pesos.
El miércoles será un día clave para su plan económico. El Ministerio de Economía lanzó nuevas emisiones de deuda local —entre ellas letras Lecap, una Tamar, un Boncer y bonos atados al dólar—, todos con vencimientos posteriores a los comicios del 26 de octubre. La meta es refinanciar los títulos que habían acumulado 10 billones en manos del BCRA.
A pesar de la baja en la tasa de liquidez, el Gobierno no anticipó modificaciones en el esquema de encajes bancarios, una herramienta de política monetaria que se ha usado para inmovilizar depósitos y contener la liquidez. En caso de no lograr el refinanciamiento total, el Tesoro podría absorber el excedente monetario a través de la ventana de pases pasivos.
Analistas del mercado económico destacan la relevancia de esta operación: convalidó niveles de tasa que triplicaron la inflación, un esfuerzo deliberado para absorber pesos antes de las elecciones. La pulseada con los bancos —que actúan como principales colocadores de deuda— se vuelve fundamental para no generar presión sobre el peso ni encender expectativas inflacionarias.