Al borde del fin de semana largo, en el Gobierno desmerecieron la reacción de los gremios estatales frente a los despidos masivos en la administración nacional que pusieron en marcha esta semana.
El anuncio de ATE y UPCN sobre una profundización de las medidas de fuerza el próximo miércoles puso en alerta a la Casa Rosada y los ministerios de Seguridad y Capital Humano, donde evalúan cómo hacerles frente en la calle mientras temen más complicaciones en servicios estatales sensibles.
“Están flojos porque saben que es abusiva la cantidad de empleados ñoquis que hay. Nos sorprendió que el acatamiento a las medidas no fuera tan alto como esperábamos. Había mucho ruido en las puertas, pero se notaba que no tenían mucho poder de fuego”, acotaron en uno de los ministerios.
En ATE admitieron que los atacaron con la guardia baja. “Venimos de una administración muy floja del gobierno anterior, con liderazgos atados de manos, que también estuvo atravesada por las fórmulas de asistencia mixtas entre presencial y virtual. Eso destruyó las redes de trabajadores”
No sólo preocupa la conflictividad por las protestas sino los efectos no deseados en la atención al público y la administración. La ANSES, que conduce el funcionario de bajísimo perfil Mariano de los Heros bajo el mando de Petovello, es una de las áreas donde se genera el mayor nerviosismo. Tras el cierre de decenas de oficinas, en los últimos días se generaron largas filas en las centrales de atención para los jubilados, que suelen necesitar la vía presencial para consultas y trámites.