El oficialismo logró ratificar en la Cámara de Diputados el decreto que habilita al gobierno nacional a firmar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Los libertarios llegaron a los 129 votos afirmativos gracias al apoyo del PRO, la UCR, la Coalición Cívica, Encuentro Federal y los diputados que responden directamente a los gobernadores.
La jornada arrojó una cosecha significativa frente al kirchnerismo, principal contraparte en las críticas; y pudo enviar un mensaje contundente al Fondo Monetario Internacional. En primer lugar, Milei le demostró al Fondo que tiene gobernabilidad.
El presidente prefirió pisar sobre seguro. Dictó un DNU, al día siguiente lo envió a la Comisión Bicameral, obtuvo dictamen y, en 24 horas, logró que Diputados lo aprobara.
Milei, Guillermo Francos y Economía, para asegurarse el éxito, negociaron a cielo abierto con varios gobernadores, especialmente el de Neuquén, Rolando Figueroa; el tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalíl. Por caso, Jaldo se llevó un predio para su provincia, para poder continuar con un megaplan de construcción de viviendas sociales y Jalíl obtuvo que el Gobierno le transfiriera un establecimiento minero -decisión publicada recién en el Boletín Oficial-
El DNU finalmente quedó blindado y a salvo de cualquier jugada que quiera intentar el kirchnerismo en el Senado.
Ahora, el equipo económico, con el ministro Luis Toto Caputo a la cabeza, podrá viajar a Washington para firmar con el staff del FMI el acuerdo, que será aprobado por el Board del organismo en la semana del 21 al 26 de abril.
Milei por su lado, les pudo enviar otro mensaje a los mercados. Sobre todo al bursátil: el humor inversor cambió la tendencia negativa de los últimos días y este miércoles terminaron en verde los bonos, el Merval y las ADR que cotizan en Wall Street.
El tercer mensaje fue directamente para la oposición. Milei y Patricia Bullrich demostraron que son capaces de mantener el orden público. La Ministra de Seguridad montó un megaoperativo que tuvo un fuerte impacto disuasivo: control en todos los accesos y un impresionante despliegue de fuerzas de seguridad.
Las columnas de manifestantes, gremios, barras y partidos de izquierda no tenían capacidad de desbordar al operativo. Y si lo hubiesen intentado, le habrían regalado a Milei otro triunfo, otra carta para exhibir de que él es la única alternativa para mantener el orden frente al caos que pregona la oposición más combativa.