Tras la decisión de la Corte Suprema que confirmó su condena por corrupción en la causa Vialidad, Cristina Fernández de Kirchner rompió el silencio desde la sede del Partido Justicialista.

En un encendido discurso, afirmó: “El partido judicial le agregó el cepo al voto popular”, refiriéndose a su inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

Kirchner sostuvo que la sentencia fue impulsada por un «triunvirato de mafiosos judiciales», en alusión a los jueces Rosatti, Rosenkrantz y Lorenzetti. “No es justicia, es un sistema para garantizar la impunidad de los poderosos y la cárcel para quienes defendemos al pueblo”, afirmó.

También señaló que mientras los responsables de la deuda y la fuga de capitales siguen libres, ella queda fuera del juego político: “Los Caputo y los Macri en libertad, y yo presa. Es la síntesis perfecta de este país.”

Además, criticó el accionar de los medios de comunicación y del poder económico, que —según dijo— operan en conjunto con el Poder Judicial: “Lo que quieren es disciplinar a la dirigencia política que se atreva a tocar sus privilegios.”

Kirchner no anunció si se retirará de la política, pero dejó una frase contundente: “Podrán proscribirme, pero no van a callarme.”