En un nuevo avance de la investigación por las muertes vinculadas al fentanilo adulterado, el juzgado federal de La Plata a cargo del juez Ernesto Kreplak ordenó el allanamiento de la Clínica Vélez Sarsfield de Córdoba.

El objetivo es secuestrar las historias clínicas de todos los pacientes internados entre el 1 de abril y el 8 de agosto, ante la sospecha de que podría haber muertes sin registrar por el uso del fármaco del laboratorio HLB Pharma Group SA.

La medida se tomó luego de que la clínica no respondiera a los requerimientos judiciales de enviar la documentación completa, presentando solamente los registros de cuatro pacientes que habrían sido tratados con el fentanilo del Lote 31202. La investigación cree que, dado el número de dosis adquiridas por la clínica, la cantidad de infectados y fallecidos podría ser mayor a la informada, lo que el juez Kreplak denomina una “cifra negra” de víctimas.

El caso ha cobrado una dimensión trágica con el caso de un bebé recién nacido, que tras recibir una dosis del fármaco, lucha por su vida. Las ampollas adulteradas contenían dos tipos de bacterias, Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, que ya habían sido detectadas en los envases.

El director médico de la clínica, Claudio Pereyra Sueldo, sostuvo que la institución adquirió unas “1.100 ampollas”, una cifra menor a las 1.702 que constan en la documentación judicial. Aseguró que la institución puso en cuarentena el medicamento tras la notificación de la ANMAT y que se hizo una investigación de los pacientes internados, de los cuales solo cuatro habrían hallado la bacteria. De estos, uno falleció, uno es el bebé internado y dos fueron dados de alta sin secuelas.

La justicia, por su parte, busca dilucidar el destino de las ampollas restantes y si el fentanilo fue desviado al mercado negro. La cantidad de fallecidos por esta causa en todo el país ya asciende a 76.