Axel Kicillof sigue firme en la campaña nacional de Fuerza Patria después del triunfo en la provincia de Buenos Aires, donde su espacio logró una diferencia de más de un millón de votos sobre La Libertad Avanza. Con ese respaldo, el gobernador bonaerense no solo apuesta a consolidar la ventaja en el distrito más grande del país, sino también a proyectar la victoria hacia el plano nacional.
Según analizan en su entorno, Kicillof está convencido de que Javier Milei no tiene margen para revertir los resultados. Argumentan que la diferencia obtenida es muy amplia y que el clima social juega en contra del Gobierno: la inflación, los recortes en programas sensibles y las medidas de ajuste golpean directamente en el bolsillo y en la vida cotidiana de los bonaerenses. Para el mandatario provincial, esas señales refuerzan la idea de que el oficialismo no podrá recuperar terreno de cara al 26 de octubre.
En este marco, la estrategia de Kicillof será combinar gestión y campaña. Durante las próximas semanas recorrerá el territorio bonaerense, inaugurando obras y reforzando la presencia del Estado provincial en áreas clave como salud, educación y seguridad. Al mismo tiempo, acompañará a los candidatos nacionales de Fuerza Patria en actos y recorridas para fortalecer la lista de diputados y senadores.
El gobernador también buscará nacionalizar el mensaje, instalando la idea de que el resultado en Buenos Aires puede ser un anticipo de lo que suceda en el resto del país. En su discurso, insistirá en que los votantes enviaron un mensaje claro en las urnas y que el Gobierno deberá escucharlo en lugar de profundizar medidas que generan más conflictividad social.
De cara a las elecciones legislativas, Kicillof pretende mostrarse como uno de los principales referentes opositores, con capacidad de articular la fuerza del peronismo en la provincia con la proyección nacional. En paralelo, Milei intentará dar vuelta el escenario, aunque desde el círculo cercano a Kicillof creen que ya es demasiado tarde para lograrlo.