El presidente supervisó el operativo que comandó la ministra de Seguridad. La movilización piquetera y de partidos de izquierda tuvo poco convocatoria, tras la advertencia oficial: “El que corta, no cobra”
El despliegue de las fuerzas federales y de la Policía de la Ciudad fue enorme. Sin duda, la postura que se tomo y los exigentes controles en los accesos a CABA y los controles en el transporte público u ómnibus que no estaban en regla desalentó a miles a movilizarse que no fueron hasta la Plaza de Mayo. También lo hizo el breve pero contundente mensaje de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello: “El que corta no cobra”.
Hubo una estrategia que pareció ser exitosa, de “encapsular” a los grupos piqueteros para aislarlos de otras columnas, y hacerlos circular en grupos “controlables” hasta el tramo final de Plaza de Mayo.
Los comercios a lo largo de Avenida de Mayo, Hipólito Yrigoyen, Moreno, Diagonal Norte y Sur, estuvieron abiertos. Y eso no ocurría desde hace años.
Hubo incidentes aislados, tres detenidos según el Polo Obrero -dos dijo Bullrich- y un policía herido leve. Los detenidos intentaron a agredir a las fuerzas del orden público
Los piqueteros evitaron movilizarse en grupo de más de 20 personas. Lo hicieron sin gorros y remeras que los identificaran. La gran mayoría llegó en transporte público.
El gobierno interpretó que el operativo fue exitoso y que se cumplió el Protocolo Antipiquete, y tiene razón.