La decisión representa un hito para la ciudad estadounidense, epicentro de la pandemia durante sus primeros meses. Los locales podrán operar al 25% de su capacidad y deberán exigir el uso de tapabocas
La ciudad de Nueva York fue el epicentro de la pandemia de Covid-19 en Estados Unidos durante los primeros meses de su transcurso en el país. No sólo por haber sido la primera afectada seriamente, sino la velocidad con la que acumuló grandes cifras de contagios y muertes.
Solamente en la ciudad de Nueva York -es decir, sin contar el resto del estado- se contabilizan más de 241.000 casos positivos y 23.744 decesos. La cifra supera los 33.000 en todo el estado. Durante el pico de la crisis, a mediados de abril, el estado de Nueva York llegó a reportar un 8 por ciento de mortalidad como consecuencia del virus –por lejos el más alto que se haya reportado en todo el país-, y parte del sistema sanitario de la ciudad estuvo al borde del colapso.
La situación en la ciudad fue de una gravedad tal que el gobierno federal envió un barco hospital para tratar el flujo de pacientes, aunque la instalación finalmente no fue necesaria. Sin embargo, luego de que se implementaran estrictas medidas de confinamiento y distancia social, los números comenzaron a mejorar considerablemente. Nueva York ahora cuenta con una de las cifras más bajas a nivel nacional y las últimas medidas de desconfinamiento así lo ilustra.
El transporte público reestableció el servicio las 24 horas y hasta los niños retomarán las clases de manera presencial el próximo 21 de septiembre. Y este miércoles, el gobernador Andrew Cuomo anunció que la prohibición a los restaurantes de servir comida en el interior de sus locales terminará a partir del próximo 30 de septiembre.
Predeciblemente, en un principio habrá restricciones. Sólo podrán trabajar al 25 por ciento de su capacidad y toda persona que esté dentro de un restaurant deberá llevar tapabocas con excepción de quienes estén sentados comiendo. Estas restricciones son más severas que las que se ven en la mayor parte de los Estados Unidos, donde los restaurantes puedan trabajar al 50 por ciento de su capacidad.
El anuncio llega dos meses después de que Cuomo y el alcalde de la ciudad, Bill De Blasio, anunciaran en conjunto un plan de reapertura de la economía que exigía un porcentaje de contagios muy bajo para poder permitir que se reiniciara esta actividad vital para la economía local. Por más de cuatro semanas consecutivas, el porcentaje de positivos en el estado de Nueva York se ha mantenido por debajo del 1 por ciento, siendo así el más bajo en un área urbana en todo el país.
Si bien la actividad comenzará a regularizarse dentro de tres semanas, el anuncio da esperanza a los comerciantes que desde el pasado mes de marzo se habían visto obligados a cerrar las puertas de sus locales y trabajar con envíos a domicilio o improvisadas mesas al aire libre. La mayor preocupación tenía que ver con el clima. El verano termina y apenas comiencen los vientos más fríos iba a ser insostenible el sistema de atención al aire libre.
Los bares continuarán inhabilitados por el momento en Manhattan, luego de que en una prueba piloto se comprobara que en este tipo de locales es muy difícil mantener la distancia social, sobre todo cuando la gente no está sentada en mesas.
No obstante, los locales han explotado un vacío legal para seguir operando. Muchos bares en Nueva York han comenzado a ofrecer un nuevo plato: las Cuomo Chips, en referencia al gobernador. Se trata de un sencillo plato con papas que se vende a USD 1 y que no requiere de una cocina organizada para elaborarlo. De este modo, muchos locales que hubieran sido inhabilitados por solo tener infraestructura para trabajar vendiendo tragos, ahora se reconvirtieron -en términos legales- en restaurantes y logrado mantenerse abiertos durante la pandemia.