La Argentina y Estados Unidos presentaron un nuevo acuerdo marco de comercio e inversiones que apunta a eliminar aranceles y abrir de manera más amplia el acceso a mercados clave. La medida promete cambiar el escenario para los exportadores locales que buscan afianzarse en uno de los destinos más importantes para las ventas externas del país.
Aunque aún no se conocen todos los detalles, fuentes vinculadas a las negociaciones señalaron a Infobae que el Gobierno de Javier Milei prioriza tres sectores: carne, acero y aluminio. También hay expectativas sobre recursos naturales críticos y productos no patentados utilizados en la industria farmacéutica.
Un comunicado de la Casa Blanca anticipó que la Argentina otorgará acceso preferencial a exportaciones estadounidenses en áreas como medicamentos, productos químicos, maquinaria, tecnología, dispositivos médicos, vehículos y una amplia variedad de bienes agrícolas. A cambio, Estados Unidos eliminará aranceles sobre determinados recursos naturales no disponibles en su propio territorio e insumos farmacéuticos, siempre que el país cumpla con los requisitos de seguridad económica y de cadena de suministro.
El texto también menciona la posibilidad de aplicar la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, lo que permitiría establecer un cupo sin aranceles para las exportaciones argentinas de acero y aluminio, que hoy enfrentan un gravamen del 50%. La idea sería volver a un esquema similar al de 2018, con un tope cercano a 180.000 toneladas anuales.
Otro punto clave es la mejora en las condiciones de acceso para la carne. El presidente Milei ya había anunciado la aplicación de la cuota de 80.000 toneladas hacia el mercado estadounidense.
Claudio Caprarulo, director de Analytica, advirtió que falta precisar cómo se implementaría el acuerdo dentro del Mercosur, especialmente por el peso de la industria automotriz, y también cómo se aplicarán las restricciones argentinas a importaciones de países con trabajo forzoso.
El entendimiento llega en un momento de fuerte alineamiento entre Milei y Donald Trump, que incluyó un swap de monedas por USD 20.000 millones —ya activado— y compras directas de pesos por parte del Tesoro estadounidense para reducir la volatilidad cambiaria antes de las legislativas de medio término.
La prioridad argentina se centró en la carne, el acero y el aluminio, ya que siguen pagando aranceles para ingresar al mercado estadounidense. En cambio, combustibles, derivados y minerales —que representan casi la mitad de las exportaciones locales a ese destino— ya no enfrentan gravámenes.
Un informe de Analytica señala que entre 2014 y 2023 la Argentina mantuvo un déficit comercial promedio de USD 3.666 millones anuales con Estados Unidos. Pero en 2024, tras la fuerte caída de importaciones por la recesión, se registró un superávit de USD 228 millones, el primero desde 2005. Ese país es el tercer socio comercial de la Argentina, con exportaciones que en la última década promediaron USD 5.700 millones anuales y alcanzaron un récord de USD 6.464 millones en 2024.
Desde abril, los productos argentinos enfrentan un arancel base del 10%, aunque el acero y el aluminio mantienen el 50%. En 2024, más de la mitad de las exportaciones locales a Estados Unidos fueron combustibles (USD 2.284 millones), minerales (USD 762 millones) y aluminio (USD 529 millones). También se destacaron vinos, miel, cítricos, langostinos, té y madera. Ese año, Estados Unidos compró el 73,6% de la miel argentina y el 57,1% de los limones exportados. La carne alcanzó ventas por USD 200 millones.
El aluminio es uno de los sectores más sensibles: el 54% de las exportaciones argentinas de este producto tuvieron como destino Estados Unidos en 2024. Por eso, una reducción de aranceles impactaría de manera directa, sobre todo en Aluar, que explica más del 70% de las ventas externas del rubro. En línea con esto, el Gobierno redujo recientemente las retenciones para el acero y el aluminio exportados a países que aplican aranceles superiores al 45%, llevándolas por ahora a 0%.
