Rob Portman es el primer político de alto rango del país en participar en los ensayos clínicos de un inoculante. Dos semanas después de habér recibido la inyección contó públicamente su experiencia y pidió confiar en la ciencia
Rob Portman, senador republicano por Ohio, es el primer funcionario electo estadounidense de alto rango en participar de un programa de pruebas clínicas de una nueva vacuna contra el COVID-19. O al menos el primero en hacerlo público.
Hace dos semanas Portman se convirtió en voluntario del programa de pruebas clínicas del inoculante producido por Johnson & Johnson. Una empresa cuya sede principal se encuentra en Cleveland, Ohio, fue seleccionada para convertirse en una de las numerosas locaciones globales donde se lleva a cabo el ensayo de fase 3 de la vacuna. La empresa en cuestión le realizó una presentación acerca de las perspectivas de la vacuna al senador y este se ofreció a participar del programa.
El funcionario, de 64 años, es una de las 60 mil personas que están recibiendo la vacuna en estudio, que se aplica en una sola dosis. Portman recibió la inyección el pasado 5 de noviembre y, como todos los otros voluntarios, no sabe si le colocaron la vacuna o un placebo. Paralelamente, Johnson & Johnson está realizando pruebas para una segunda vacuna que requiere dos dosis.
Portman aclaró que recién pudo revelar la información hoy porque legalmente debía mantenerse en silencio durante dos semanas ante posibles complicaciones que la vacuna pudiera generarle. Según trascendió, el senador por ahora no ha manifestado ningún efecto secundario.
La fase 3 de la vacuna de una dosis de Johnson & Johnson fue suspendida en octubre después de que un participante se enfermara gravemente. Poco después reinició el proceso una vez que se comprobó que la enfermedad no tenía nada que ver con la vacuna.
Si los resultados continúan siendo positivos, se espera que esta vacuna de una sola dosis esté lista para ser distribuida masivamente a finales de enero o principios de febrero de 2021.
El senador por Ohio aseguró ante la prensa que se decidió a participar del programa para contribuir a generar confianza en ella entre los residentes de su estado y de todo el país. El escepticismo de parte de la población estadounidense en la vacuna debe combatirse con la confirmación por parte de figuras públicas de que creen en las vacunas, aseguró Portman.
“Mi esperanza es que la gente deje de criticar a los mejores científicos del mundo, que se encuentran en la FDA (la administración de alimentos y medicinas, según sus siglas en inglés), que están siguiendo lo que dicta la ciencia. Tenemos que incentivar a la gente a que participe de estas pruebas y que se vacune apenas pueda”, afirmó Portman en un comunicado.
Durante los últimos meses el senador se ha enfrentado a varios miembros de su partido que se han mostrado escépticos ante medidas como el uso obligatorio de mascarillas y el darle prioridad a la opinión de científicos con respecto a la pandemia.
El escepticismo del que habla Portman no es solamente una percepción. Según un sondeo realizado por la consultora Gallup en octubre, la mitad de los consultados aseguraron tener dudas acerca de si se aplicarían una vacuna. Aún no hay sondeos posteriores a los anuncios de Pfizer y Moderna.
Demócratas y republicanos se han culpado unos a otros por el escepticismo en la población. De un lado, culpan al presidente Donald Trump por anunciar reiteradamente que la vacuna estaría lista antes de las elecciones, generando desconfianza en el proceso científico. Por el otro, critican que las dudas puestas sobre las declaraciones del presidente se tradujeron en una desconfianza en la calidad de las vacunas conseguidas.