El Intendente Joaquín de la Torre, firmó un convenio con la Fundación Esperanza de Lucha Contra la Desnutrición Infantil y Ayuda a la Mejor Educación de la Gente Carenciada, que representa su Presidente Pablo Debernardi.


Así, el Municipio se comprometió a seguir contribuyendo con la tarea del seguimiento y asistencia a los niños de 0 a 5 años, tanto en la alimentación como en la contención familiar, donde el Estado Municipal debe procurar, con el máximo de recursos posibles, garantizar, promover y proteger todos y cada uno de los derechos consagrados de los niños, niñas y adolescentes, tal como lo manda la Convención Internacional de los Derechos del Niño. Participó el Dr. Abel Albino, experto en nutrición infantil y primera infancia, que luego brindó una conferencia sobre este tema en un recinto del Centro de San Miguel.

Esto es algo que se viene llevando a cabo en San Miguel a través de los Centros de Desarrollo Infanto Familiares (CDIF) desde hace tres años.

En ese marco, el jefe comunal recordó una frase de Albino, tras consignar que “para dar solución a la problemática de la desnutrición infantil los políticos tenemos que dejar de pensar en las próximas elecciones y empezar a pensar en las próximas generaciones”.

Los centros de Prevención de la Desnutrición Infantil y Promoción Humana, son espacios de integración que organiza a toda la comunidad detrás de un mismo objetivo: asegurar el bienestar y pleno crecimiento de los niños.

Albino, que es médico pediatra y se dedica al tratamiento de la desnutrición infantil, señaló que este flagelo genera debilidad mental en los niños y advirtió que se trata de la única debilidad mental que “se puede prevenir y revertir”.

Para ello, apuntó, hacen falta “políticas de estado que se mantengan en el tiempo, aunque cambien los gobiernos”.

Estos centros trabajan mediante un abordaje integral, con programas para niños de 0 a 5 años y también para sus madres y embarazadas, para que sepan cómo asegurarse de que sus hijos reciban los nutrientes que necesitan más allá de las limitantes económicas, a partir de la sustitución de alimentos y el modo de prepararlos.

Con el apoyo a estas iniciativas y el diseño de las políticas públicas enfocadas a la niñez, San Miguel se afianza como modelo a seguir en materia de primera infancia.