A las cinco áreas naturales protegidas del Municipio, se suman las nuevas islas, el Parque Público del Puerto y la recuperación de 1.200 metros de costa. El objetivo es mantener la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático


La naturaleza, cada vez más amenazada por la acción del hombre, demanda un mayor compromiso en su restauración. Ante esta situación, el Municipio de San Isidro pone el foco en la conservación y la recuperación de suelos, flora y fauna nativa. Como ejemplo están sus cinco áreas naturales protegidas, las nuevas islas, el Parque del Puerto y la reciente recuperación de 1.200 metros de costa del Río de la Plata.

Estas políticas ambientales siguen la línea  de las estrategias que lanzó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para la implementación del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas 2021-2030.

En ese sentido, los organismos internacionales advierten sobre la urgente necesidad de esta restauración para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible: el cambio climático, la seguridad alimentaria, el agua y la conservación de la diversidad biológica.

El Municipio desde hace décadas trabaja en estas temáticas con la reserva municipal más antigua del país, la barranca de la Quinta Los Ombúes y también del Pueyrredón, y los paisajes protegidos de Bosque Alegre y las nuevas islas que se formaron en el Río de la Plata.

 “El objetivo es crear puentes entre las áreas protegidas que conecten la flora y fauna, permitiendo la reproducción entre las distintas poblaciones que el crecimiento de la ciudad va aislando. Plantando las especies nativas de la reserva ecológica hacemos que la reserva crezca en la ciudad, y por ende veremos resurgir su fauna asociada”, sostuvo  Bárbara Gasparri, directora de Ecología y Conservación de la Biodiversidad del Municipio.

Gasparri contó que los beneficios ambientales resultan esenciales, ya que juegan un papel fundamental en la regulación climática, el mantenimiento de la biodiversidad a largo plazo, y en la obtención de bienes y servicios indispensables para la supervivencia.

A las áreas naturales protegidas hay que sumar el Parque Público del Puerto que ya cuenta con más de 180 árboles nativos, y la reciente recuperación de 1.200 metros lineales de costa, que se encuentra en la etapa de relevamiento para próximamente forestar una mayor cantidad de especies nativas que ayuden a aumentar la diversidad biológica.