Articula con las iglesias católica y evangelistas para intensificar la distribución de alimentos y artículos de limpieza e higiene en los barrios más vulnerables.
Durante la cuarentena obligatoria dispuesta por el avance del coronavirus, el Municipio de San Isidro coordina con las iglesias católica y evangelistas para asistir a más de 1.400 familias en barrios vulnerables de Beccar, el Bajo de San Isidro y Boulogne. Se entregan módulos de asistencia alimentaria con doce productos para cumplir con las necesidades nutricionales
Desde Acción Social explicaron que se contactaron con Cáritas para armar una red de colaboración con unas ocho parroquias católicas, y también con pastores evangélicos para incorporar unos diez templos para profundizar el trabajo social y la asistencia. «El propósito era lograr una mayor llegada a los beneficiarios, por la capilaridad que logran sacerdotes, pastores y sus colaboradores, y por la legitimidad que tienen en el reparto de la mercadería», señaló Ticiana La Mónica, directora general del área.
Cada capilla o templo recibe módulos semanales con alimentos secos, los tradicionales bolsones de comida, con doce productos que cubren la necesidad nutricional de una familia tipo. También, elementos de limpieza e higiene para distribuir en las zonas más vulnerables.
Los coordinadores y voluntarios cuentan con formularios en los que constan los grupos familiares y las zonas a repartir. «Gracias a la ayuda del municipio podemos garantizar la alimentación de familias que no pueden trabajar o de madres solas con hijos», comentó Liliana Escofet, voluntaria desde hace 23 años de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Beccar.
Esta red de colaboración se suma al trabajo en conjunto que el municipio lleva adelante con ONG, fundaciones, organizaciones y movimientos sociales, comedores, merenderos, y el Obispado de San Isidro.