Alumnos y alumnas finalizaron la capacitación que ofreció el Municipio con una salida laboral inmediata en uno de los rubros con mayor demanda. Un 90 por ciento de los participantes hoy está trabajando en reconocidos restaurantes.
“Estaba sin plata, en una situación muy delicada, pero el curso de camareros me cambió la vida; pude descubrir mi pasión y empezar a trabajar en el restaurante La Pancha y el Café”, expresó emocionado, Brian Maldonado (22), uno de los primeros egresados del centro de inclusión “La Sede” que el Municipio de San Isidro instaló en pleno corazón del barrio La Cava.
A mediados de septiembre, cerca de 30 jóvenes de condición humilde empezaron un curso de camareros para buscar un futuro mejor. La mayoría de ellos nunca había ejercido el oficio. Sin embargo, en solo tres meses adquirieron la dinámica de trabajo y hoy pueden dar un servicio de calidad. Hicieron prácticas en el restaurante “Taller Cantina” del Bajo de San Isidro, visitaron reconocidos hoteles como el Hilton y Four Seasons, y hasta formaron parte del staff del festival gastronómico más importante de la zona norte, Bocas Abiertas.
El objetivo principal de la capacitación era que los alumnos y alumnas puedan incorporarse al mercado formal del trabajo. Hoy un 90 por ciento de los egresados está trabajando en restaurantes como Blossom, La Pancha y el Café.
Los profesores fueron chefs reconocidos del polo gastronómico local que estuvieron a cargo de Diego Tedesco. “Los formamos para que estén preparados para trabajar en cualquier bar-cafetería, hotel o restaurante. Abarcamos desde la realización de cócteles, servicios de bar y restaurante con carta, hasta eventos y cata de vinos. Se armó un grupo con un fuerte vínculo humano y nos cuesta dejarlos. Ya estamos pensando en darle continuidad al curso”, contó Tedesco.
También se refirió a la demanda del rubro: “Los colegas me piden todos los días camareros y cocineros. Sin dudas, es algo que llegó para quedarse. Nuestro eje era lograr la empleabilidad y se cumplió. Todos los alumnos fueron entrevistados por gerentes de recursos humanos de cadenas de restaurantes”.
Brenda Barraza, otra de las egresadas del curso, que vive solo a dos cuadras de este espacio en La Cava, con su diploma en mano, dijo: “Esto es un gran logro en mi vida, es la primera vez que puedo terminar un curso. Acá no solo me formé, sino que hice amigos y hasta conseguí trabajo en Blossom de Martínez”.
Y recordó cómo fue su evolución en este curso. “Tuve nervios, me temblaban las piernas cuando tuve que llevar platos a una mesa. Pero los profes me tuvieron mucha paciencia, me ayudaron a tranquilizarme y me dieron consejos. Hoy puedo llevar tres platos en una mano y hasta perdí mi timidez”.
Fueron dos clases semanales durante tres meses para aprender a definir y supervisar todo tipo de servicios de alimentos y bebidas, elaboraciones culinarias a la vista del comensal, atención al cliente y maridaje de platos, con el objetivo de ofrecer un servicio de calidad con seguridad e higiene.
Uno de los momentos más destacados del curso fue la participación que tuvieron los alumnos en el festival Bocas Abiertas. Primero, formaron parte del pre opening en el emblemático Museo Pueyrredón, y luego estuvieron en el VIP del festival que reúne a los cocineros y chefs más importantes del distrito.
“Fue como salir a la cancha para nosotros, estuvimos con los servicios de bebidas en la recepción y socializamos con mucha gente importante. Una experiencia inolvidable”, señaló Milagros Samoa, otras de las vecinas del barrio que finalizó el curso de camarero.
La subsecretaria de Cultura de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry, destacó el trabajo en conjunto entre las distintas áreas del municipio para poner en marcha este programa de formación e inclusión. “Nos llena de alegría el nivel de convocatoria que tuvimos y los resultados que conseguimos. Creemos que tenemos que operar en el nexo entre las grandes energías de nuestra ciudad como el polo gastronómico. Es una propuesta que abrió una perspectiva nueva en la vida de los egresados y un oficio que genera muchas oportunidades laborales”, analizó.
También anticipó que van buscar replicarlo en otros barrios del distrito. “Fue un trabajo previo importante con un relevamiento sobre las necesidades del mercado, qué tipos de empleos y habilidades se necesitaban para cumplir con los requisitos. La idea es llevarlo a todos los lugares”, completó Jaureguiberry.
Los interesados en conocer la oferta académica del espacio municipal “La Sede”, pueden informarse o inscribirse al 4512-3174/75/77 o enviar un mail a [email protected]
El espacio abre de lunes a viernes de 9:00 a 17:00, y los sábados de 9:00 a 13:00.
“Estaba sin plata, en una situación muy delicada, pero el curso de camareros me cambió la vida; pude descubrir mi pasión y empezar a trabajar en el restaurante La Pancha y el Café”, expresó emocionado, Brian Maldonado (22), uno de los primeros egresados del centro de inclusión “La Sede” que el Municipio de San Isidro instaló en pleno corazón del barrio La Cava.
A mediados de septiembre, cerca de 30 jóvenes de condición humilde empezaron un curso de camareros para buscar un futuro mejor. La mayoría de ellos nunca había ejercido el oficio. Sin embargo, en solo tres meses adquirieron la dinámica de trabajo y hoy pueden dar un servicio de calidad. Hicieron prácticas en el restaurante “Taller Cantina” del Bajo de San Isidro, visitaron reconocidos hoteles como el Hilton y Four Seasons, y hasta formaron parte del staff del festival gastronómico más importante de la zona norte, Bocas Abiertas.
El objetivo principal de la capacitación era que los alumnos y alumnas puedan incorporarse al mercado formal del trabajo. Hoy un 90 por ciento de los egresados está trabajando en restaurantes como Blossom, La Pancha y el Café.
Los profesores fueron chefs reconocidos del polo gastronómico local que estuvieron a cargo de Diego Tedesco. “Los formamos para que estén preparados para trabajar en cualquier bar-cafetería, hotel o restaurante. Abarcamos desde la realización de cócteles, servicios de bar y restaurante con carta, hasta eventos y cata de vinos. Se armó un grupo con un fuerte vínculo humano y nos cuesta dejarlos. Ya estamos pensando en darle continuidad al curso”, contó Tedesco.
También se refirió a la demanda del rubro: “Los colegas me piden todos los días camareros y cocineros. Sin dudas, es algo que llegó para quedarse. Nuestro eje era lograr la empleabilidad y se cumplió. Todos los alumnos fueron entrevistados por gerentes de recursos humanos de cadenas de restaurantes”.
Brenda Barraza, otra de las egresadas del curso, que vive solo a dos cuadras de este espacio en La Cava, con su diploma en mano, dijo: “Esto es un gran logro en mi vida, es la primera vez que puedo terminar un curso. Acá no solo me formé, sino que hice amigos y hasta conseguí trabajo en Blossom de Martínez”.
Y recordó cómo fue su evolución en este curso. “Tuve nervios, me temblaban las piernas cuando tuve que llevar platos a una mesa. Pero los profes me tuvieron mucha paciencia, me ayudaron a tranquilizarme y me dieron consejos. Hoy puedo llevar tres platos en una mano y hasta perdí mi timidez”.
Fueron dos clases semanales durante tres meses para aprender a definir y supervisar todo tipo de servicios de alimentos y bebidas, elaboraciones culinarias a la vista del comensal, atención al cliente y maridaje de platos, con el objetivo de ofrecer un servicio de calidad con seguridad e higiene.
Uno de los momentos más destacados del curso fue la participación que tuvieron los alumnos en el festival Bocas Abiertas. Primero, formaron parte del pre opening en el emblemático Museo Pueyrredón, y luego estuvieron en el VIP del festival que reúne a los cocineros y chefs más importantes del distrito.
“Fue como salir a la cancha para nosotros, estuvimos con los servicios de bebidas en la recepción y socializamos con mucha gente importante. Una experiencia inolvidable”, señaló Milagros Samoa, otras de las vecinas del barrio que finalizó el curso de camarero.
La subsecretaria de Cultura de San Isidro, Eleonora Jaureguiberry, destacó el trabajo en conjunto entre las distintas áreas del municipio para poner en marcha este programa de formación e inclusión. “Nos llena de alegría el nivel de convocatoria que tuvimos y los resultados que conseguimos. Creemos que tenemos que operar en el nexo entre las grandes energías de nuestra ciudad como el polo gastronómico. Es una propuesta que abrió una perspectiva nueva en la vida de los egresados y un oficio que genera muchas oportunidades laborales”, analizó.
También anticipó que van buscar replicarlo en otros barrios del distrito. “Fue un trabajo previo importante con un relevamiento sobre las necesidades del mercado, qué tipos de empleos y habilidades se necesitaban para cumplir con los requisitos. La idea es llevarlo a todos los lugares”, completó Jaureguiberry.
Los interesados en conocer la oferta académica del espacio municipal “La Sede”, pueden informarse o inscribirse al 4512-3174/75/77 o enviar un mail a [email protected]
El espacio abre de lunes a viernes de 9:00 a 17:00, y los sábados de 9:00 a 13:00.