Tras la llegada del COVID-19 al país, el tratamiento más prometedor para combatir la enfermedad es el de la donación de plasma.
Mientras en todo el mundo se prueban fármacos y opciones terapéuticas, una de las que surgió como alternativa segura -por su antecedente exitoso en el MERS-CoV, ébola y en la epidemia de gripe H1N1- es el uso de plasma de convalecientes en pacientes que estén cursando cuadros moderados o graves de la enfermedad.
Se estima que siete de cada diez personas infectadas con COVID-19 desarrollan anticuerpos una vez superada la infección. Según explicó la jefa del Departamento de Hemoterapia del Hospital de Clínicas, Alejandra Vellicce, “los anticuerpos son defensas naturales del organismo, la primera línea de combate contra la enfermedad”.
El plasma de pacientes recuperados, un líquido transparente y algo amarillento que representa más de la mitad del volumen total de la sangre, ya ha tenido buenos resultados en el tratamiento de otras enfermedades como el MERS-CoV, ébola y en la epidemia de gripe H1N1. En la Argentina, el caso reciente de el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, quien tras recibir una transfusión de plasma convaleciente de pacientes recuperados de COVID-19, mejoró notablemente su diagnóstico y volvió a su hogar para seguir recuperándose puso una vez más a este método como eficaz para tratar el coronavirus que por el momento, no tiene una vacuna.
Pero, ¿cuál es el origen de este tratamiento? En las décadas del 50 y 60 la epidemia de fiebre hemorrágica argentina se cobraba una innumerable cantidad de vidas hasta que la ciencia hizo su aporte y consiguió hallar un tratamiento efectivo: el plasma inmune de convaleciente, que aplicado en etapas tempranas de la enfermedad, logró reducir significativamente la letalidad. El hacedor de este hallazgo fue el doctor Julio Maiztegui quien, acompañado por un grupo de profesionales, trabajó sin descanso en la contención de una situación sanitaria que desvelaba por las trágicas consecuencias del también llamado “mal de los rastrojos” o “virus Junín”, una enfermedad viral aguda grave transmitida por el ratón de la especie Calomys musculinus.
El plasma se obtiene a través aféresis, un procedimiento que consiste en utilizar una máquina, que separa las células a través de un equipo descartable y de único uso y permite la separación de los diferentes componentes de la sangre: glóbulos rojos, plaquetas y plasma. Éste último se separa en un volumen a definir en cada donante. Se realiza a través de la punción de una vena del brazo por la cual se extrae la sangre y por otra vena en forma simultánea se devuelve el resto de los glóbulos rojos y plaquetas. El volumen de plasma extraído será reemplazado con solución fisiológica en volumen equivalente.
¿Todo paciente recuperado posee plasma convalenciente para donar? “Efectivamente, quienes ya han pasado por este proceso tienen en su cuerpo un montón de anticuerpos específicos que pueden ayudar a otros pacientes que siguen enfermos”, adelantó a este medio la bióloga química Laura Bover.
En el marco de la emergencia sanitaria por coronavirus en el país, la Resolución 783 del Ministerio de Salud del 17 de abril estableció la creación de un Plan Estratégico para regular el uso de plasma de pacientes recuperados de COVID-19 con fines terapéuticos.
A pesar de que todavía no se sabe si la terapia con plasma de personas convalecientes es o no un tratamiento efectivo para el COVID-19, quizás mejore la capacidad de cada paciente para recuperarse de la enfermedad.
Cómo donar
Para la donación de sangre, los pacientes de la provincia de Buenos Aires que se hayan recuperado de coronavirus deben comunicarse a la línea gratuita del Centro Único Coordinador de Ablación e Implante Provincia de Buenos Aires – CUCAIBA: 0800-222-0101. Las personas de La Plata pueden dirigirse al Instituto Provincial de Hemoterapia (calle 15 esquina 66) y aquellas que vivan en otros municipios pueden llamar a esa línea gratuita que se encuentra activa las 24 horas para solicitar que personal de ese Centro, dependiente del ministerio de Salud bonaerense, realice el traslado necesario para concretar la donación de plasma, un procedimiento breve, indoloro y cien por ciento seguro.
El plasma se puede congelar y almacenar hasta por 18 meses. Los requisitos necesarios para hacerlo son: tener entre 18 y 65 años y estar clínicamente recuperado de la infección, demostrándolo con el resultado de una muestra negativa viral en el hisopado nasal.
¿Cuáles son los criterios para determinar quienes reciben el plasma convaleciente? Tienen prioridad los enfermos graves, o moderados que tienen más de 60 años, comorbilidades, que están graves y presentan signos de empeoramiento.
Lo ideal es que los recuperados puedan donar plasma al menos tres veces, lo que ayudaría a 72 mil pacientes graves.
Si te encontrás dentro de los 6.180 recuperados por COVID-19, estás en la provincia de Buenos Aires y querés ayudar a quienes están más graves donando plasma convaleciente, llamá al 0800-222-0101, línea gratuita del CUCAIBA, las 24 horas; o comunicate con el Instituto de Hemoterapia de La Plata al 0221 451-0490.