La medida entrará en vigor en la medianoche del lunes, según confirmó la premier Nicola Sturgeon, quien indicó que la nueva cepa de coronavirus representa casi la mitad de los nuevos casos detectados
La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, anunció el lunes que esa nación británica entrará de nuevo en un confinamiento “similar al del pasado marzo” para controlar el aumento de los contagios atribuidos a la nueva variante del coronavirus.
Hemos decidido “introducir a partir de medianoche, durante todo el mes de enero, un requisito legal de permanecer en casa, excepto para fines esenciales (…) similar al confinamiento del pasado marzo”.
Así, solo se podrá salir para trabajar, y los que puedan hacerlo con teletrabajo deberán quedarse. Los colegios estarán solo habilitados para los hijos de empleados esenciales hasta el 1 de febrero.
El gobierno escocés puede tomar estas medidas sin necesidad de la aprobación de Londres. De todas formas, el premier Boris Johnson adelantó que este lunes anunciará nuevos controles para endurecer las restricciones frente a la pandemia. Con más de 75.000 muertes, el Reino Unido es uno de los países de Europa más castigados por el coronavirus. Casi 55.000 personas dieron positivo en 24 horas el domingo, superando las 50.000 por sexto día consecutivo.
“Según un reciente análisis (…) parece que la nueva variante ya representa casi la mitad de todos los nuevos casos en Escocia”, añadió Sturgeon. “Ahora estamos viendo una tendencia al alza de las infecciones y no es exagerado decir que estoy más preocupada por la situación a la que nos enfrentamos ahora que en cualquier otro momento desde marzo”.
En la vecina Inglaterra, casi el 80% de la población se encuentra ya bajo restricciones equivalentes, y la vuelta a los colegios tras las vacaciones navideñas tuvo que ser cancelada en numerosos lugares, empezando por Londres.
Desde hace varias jornadas el ministerio británico de Sanidad arroja cifras alarmantes de contagios por covid-19 en el Reino Unido. Números que no bajan de 50.000 casos diarios -otros 54.990 anunciados el domingo- en tanto que los hospitales temen colapsar.
En este contexto, “las vacunas nos dan una ruta de salida a mediano plazo”, tuiteó el principal consejero médico del gobierno británico, Chris Whitty. Reino Unido, que ya ha inoculado a un millón de personas con la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech, que también fue el primero del mundo en aprobar, se enfrenta a otra ola imparable de contagios desde el descubrimiento en diciembre de una nueva cepa del coronavirus mucho más transmisible.
Sturgeon dijo a los parlamentarios escoceses en Holyrood que el lanzamiento de la nueva vacuna era “enormemente positivo” y que era “esencial acelerar la vacunación lo más rápido posible”.
La propagación del virus tuvo que ser detenida, por lo que “son necesarias restricciones aún más severas”, añadió.