El periodista dio detalles de la difícil semana que pasó en el Otamendi. La “soledad” de una enfermedad “estigmatizante” y los mensajes de Alberto Fernández y Mauricio Macri
Esta semana Eduardo Feinmann retomó sus compromisos laborales tanto en radio como en televisión. El reconocido periodista contrajo COVID-19 y luego de varios dias sin mayores síntomas, debió ser hospitalizado en el Sanatorio Otamendi. “Todavía me estoy recuperando. Hay momentos en los que se me duerme la pierna izquierda, es rarísimo”, aseguró desde un móvil que concedió al programa Los ángeles de la mañana, de El Trece, sin quitarse el barbijo en ningún momento: “Me sigo cuidando mucho”.
El conductor del ciclo Alguien tiene que decirlo, en Radio Rivadavia (AM 630), explicó que se trata de una enfermedad muy solitaria e inhumana: “En cualquier otro caso podés estar con tu familia y amigos, pero acá no tenés contacto con nadie. Había un par de médicos del mismo Otamendi que me querían visitar y no podían acceder al sector COVID. Durante esa semana no le conocí la cara a mi médico general, solo le podía ver los ojos…”, describió Feinmann.
“La soledad era absoluta -se explayó el conductor de A24-. Yo trataba de leer; mirar las noticias en algunos momentos, porque volaba de fiebre. En toda esa semana el problema era que no me podían bajar la fiebre. Estaba luchando contra la fiebre, contra poder respirar, contra la carga viral, que fue monumental. El promedio de la carga es entre 60 mil y 260 mil bichitos. Cuando me hicieron el hisopado, mi carga viral era de 100 millones”.
Durante la charla, Ángel de Brito le preguntó si llegó a pensar que no iba a poder recuperarse del coronavirus. “Sí -se sinceró Eduardo-, hubo dos días, un martes y miércoles, que pensé que no lo pasaba. Porque no podía respirar… El medico me decía: ‘Tosé’. Yo tosía y sentía que me ahogaba, no podía volver a respirar. Es muy impresionante”.
Más allá del mal momento, Feinmann destacó que recibió muchos mensajes y llamados, tanto de colegas como de políticos, y “de ambos lados de la grieta”. “Desde el Presidente de la República (Alberto Fernández) como varios ministros. Desde Europa, me escribió (Mauricio) Macri. Estaban preocupados por mí y querían saber si me podían ayudar en algo. Pero nadie te puede ayudar con nada…”, lamentó.
El periodista también señaló que el COVID-19 es una “enfermedad muy estigmatizante”, ya que cualquier persona que se contagia “pasa a ser un asesino, el apestado, el que te puede mandar a la muerte”. Y admitió que, si bien en algún momento dijo estar “hinchado las pelotas” de la cuarentena porque quería volver a tener la vida como era antes, siempre respetó todas las medidas sanitaras, tanto en su ámbito laboral como en su casa y sus tareas cotidianas.
Feinmann contó que su médico le recomendó que retomara su vida normal, pero que no se relaje en cuanto a la prevención, como el uso de barbijo o el lavado de manos, más allá de que ya cuenta con anticuerpos. “Yo siento que cada día respiro mejor, cada día me canso menos, me duele menos la cabeza y me duelen menos los músculos. Ya la semana que viene voy a jugar el tenis”, destacó.