La investigación llevada adelante por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Hospital Clínic de esa ciudad demostró qué clase de anticuerpos para coronavirus son los que prevalecen más una vez contraída la infección


Un nuevo estudio en personal sanitario llevado adelante por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Hospital Clínic de Barcelona demostró qué clase de anticuerpos para COVID-19 son los que prevalecen más una vez contraída la infección.

Los investigadores del ISGlobal, Carlota Dobaño y Alberto García-Basteiro detectaron que los anticuerpos frente al SARS-CoV-2 del tipo IgA e IgM decaen rápidamente, mientras que los niveles de anticuerpos IgG se mantienen por lo menos durante tres meses tras la infección. Los IgA son anticuerpos asociados a las mucosas, como por ejemplo las nasales. Y respecto a los IgM son los primeros anticuerpos que fabricamos frente a una nueva infección. Los IgG son los anticuerpos más abundantes y que mejor nos protegen contra virus y bacterias, ya que tienen una afinidad más elevada que las IgM.

Los científicos que llevaron adelante el estudio publicado en el Journal of Clinical Microbiology afirmaron que un seguimiento a largo plazo de esta investigación proporcionará información vital sobre la duración de diferentes tipos de anticuerpos frente al virus que causa la COVID-19, así como su papel en proteger contra la enfermedad y la reinfección.

Desde el inicio de la pandemia de COVID-19, las dos preguntas candentes han sido: cuánta gente se ha infectado realmente, y si las personas infectadas están protegidas de futuras reinfecciones o de la enfermedad. Dobaño y García-Basteiro, de ISGlobal, unieron esfuerzos para ayudar a contestar estas preguntas con el proyecto SEROCOV1, que busca seguir una cohorte de más de 550 de trabajadores sanitarios del Hospital Clínic de Barcelona.

En el pico de la pandemia en España, el equipo mostró que la prevalencia de infección por SARS-CoV-2 en el personal sanitario era del 11,2% (el 9,2% tenía anticuerpos y el 2% tenía una infección activa detectada por PCR). Esta cifra era ligeramente mayor que la prevalencia estimada de anticuerpos en la población general de Barcelona (7%) según un estudio nacional de seroprevalencia realizado poco tiempo después. En este nuevo estudio, el equipo de ISGlobal y del Hospital Clínic presenta resultados a tres meses de seguimiento de la misma cohorte de trabajadores. Como en el primero, utilizaron un ensayo basado en la tecnología de Luminex desarrollado por el equipo de Dobaño para medir tres clases de anticuerpos (IgM, IgG e IgA) frente a un fragmento de la proteína viral Spike (el dominio que se une al receptor humano).

Determinar la prevalencia de anticuerpos

Los especialistas recordaron que se requieren pruebas serológicas confiables para determinar la prevalencia de anticuerpos contra el SARS-CoV-2 y para caracterizar la inmunidad a la enfermedad a fin de abordar las brechas clave de conocimiento sobre la pandemia COVID-19. Los ensayos de tecnología de matriz de suspensión cuantitativa (qSAT) basados en la plataforma xMAP Luminex superan las limitaciones de las pruebas de diagnóstico rápido y ELISA con su mayor precisión, rango dinámico, rendimiento, miniaturización, rentabilidad y capacidad de multiplexación.

Los resultados muestran que un mes después del primer estudio de seroprevalencia realizado a principios de abril 2020, el porcentaje de participantes con evidencia de infección previa o activa había aumentado a 15% y que alrededor del 60% de las nuevas infecciones eran asintomáticas. “En un mes detectamos 25 nuevas infecciones entre las y los participantes, lo cual es bastante elevado considerando que el pico de la pandemia había pasado y que la población llevaba más de un mes confinada”, explicó García-Basteiro, quien también es médico en el servicio de Salud Internacional del Hospital Clínic.

De las 82 personas seropositivas identificadas tras un mes, el equipo siguió a 66 de ellas durante dos meses adicionales. Al tercer mes, la mayoría (78%) ya no tenía niveles detectables de IgM, algunas (24,5%) ya no tenían IgA detectable, pero la gran mayoría (97%) mantenía niveles detectables de IgG. De hecho, los niveles de IgG aumentaron en algunas de las y los participantes con respecto al primer análisis. Los casos sintomáticos tenían niveles más elevados de IgA pero tanto en los sintomáticos como en los asintomáticos, los anticuerpos disminuyeron a una velocidad similar. En general, los niveles de IgG1 fueron más elevados, aunque se observó una correlación entre niveles elevados de IgG2 y la duración de los síntomas.

“Nuestros resultados confirman que los anticuerpos IgM e IgA decaen rápidamente en el primer mes o dos tras la infección, lo cual debe tomarse en cuenta a la hora de realizar estudios de seroprevalencia o interpretar resultados serológicos”, precisó Gemma Moncunill, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio. “Aunque aún no sabemos durante cuánto tiempo podremos detectar anticuerpos IgG, nuestros resultados indican que se mantienen a niveles relativamente estables durante por lo menos tres meses”, añade. El equipo SEROCOV1 (que incluye a investigadores de diversos programas de ISGlobal y de los servicios de Salud Laboral y Salud Internacional del Hospital Clínic) planea seguir a esta cohorte durante más tiempo para estudiar la evolución de seroprevalencia en este colectivo de alto riesgo, la duración de diferentes tipos anticuerpos frente a diferentes antígenos del virus y su papel en proteger contra enfermedad y reinfección.

Un ensayo poderoso frente al SARS-CoV-2

El equipo de Dobaño ha desarrollado y publicado un ensayo multiplex para medir simultáneamente anticuerpos IgM, IgA e IgG frente a un panel de ocho fragmentos (o antígenos) de las proteínas Spike (S), nucleoproteína (N) y membrana (M) del virus.

Los ensayos muestran una especificidad del 100% y una sensibilidad de más del 95%, y se han optimizado para minimizar el tiempo de procesamiento de la muestra. Al combinar múltiples marcadores, estos ensayos pueden detectar una variedad más amplia y niveles más bajos de anticuerpos en la población. “Además de ayudarnos a mejor estimar la inmunidad frente al SARS-CoV-2 en la población, estos ensayos serán muy útiles para evaluar marcadores de protección en ensayos clínicos de vacunas contra la COVID-19”, señaló Dobaño.