La medida deberá ser aprobada este miércoles por el Consejo de ministros. El gobierno británico, en tanto, está considerando implementar puentes aéreos con ciertos países
El gobierno alemán se pronunciará este miércoles sobre la posibilidad de levantar las restricciones a los viajes turísticos en la Unión Europea (UE), impuestas para frenar al propagación del coronavirus, según confirmó este martes el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas.
“Preparamos una decisión para el Consejo de ministros de mañana, que tendrá que ser aprobada por el Gobierno” de coalición formado por los conservadores y los socialdemócratas, explicó Maas durante una rueda de prensa, en Berlín.
Alemania impuso “advertencias” a los viajeros -una medida que en general se usa para los países en guerra o políticamente inestables- con la idea de contener los contagios de COVID-19 en el territorio. De todos modos, viajar era ya era de por sí complicado por dos factores: la paralización prácticamente total de la flota aérea y el refuerzo de los controles fronterizos.
El gobierno se planteó levantar las restricciones por primera vez a finales de abril. La fecha estimada era el 15 de junio y alcanzaba a los Estados de la UE, así como Suiza, Islandia y Noruega. La decisión, no obstante, estaba condicionada a que llas cifras de contagios y de fallecidos por coronavirus continuaran bajando.
Ahora, el Ejecutivo busca “sustituir las advertencias sobre los viajes a Europa y a los Estados asociados por recomendaciones” en las que se informe de la situación sanitaria país por país, detalló Haas.
Durante la primera oleada de la pandemia, el gobierno alemán repatrió a unos 240.000 ciudadanos que se habían quedado varados por todo el mundo, una operación que las autoridades no prevén repetir este verano, avisó el ministro de Exteriores.
El Reino Unido considera implementar puentes aéreos
En esa línea, el gobierno británico está considerando introducir puentes aéreos con ciertos países para evitar que los viajeros que entren en el Reino Unido desde esos destinos tengan que observar una cuarentena de 14 días, una medida que ha sido muy criticada por los profesionales del turismo.
“Se ha planteado esta idea de puentes aéreos y sé que se ha hablado mucho de ello”, se limitó a decir el ministro de Sanidad, Matt Hancock, en rueda de prensa. El funcionario aclaró que corresponde al ministerio del Interior decidir al respecto.
Según informa la prensa local, la propuesta debe presentarse en los próximos días a los diputados que este martes regresaron al Parlamento poniendo fin al sistema de voto a distancia establecido durante el confinamiento.
El Reino Unido, segundo país más castigado del mundo por el coronavirus con 39.369 muertes confirmadas hasta el martes, empezó a levantar gradualmente el confinamiento impuesto el 23 de marzo.
Para evitar que potenciales casos importados de COVID-19 infecten a la ciudadanía, a partir del lunes el Gobierno impondrá dos semanas de cuarentena a quienes lleguen de cualquier país con la excepción de Irlanda.
Los profesionales del transporte aéreo y el turismo denunciaron esta medida como catastrófica, cuando se acercan las vacaciones estivales. El gobierno prometió revisarla cada tres semanas.
Según los diarios The Times, The Guardian y Daily Telegraph, el ejecutivo está considerando permitir el transporte aéreo en la primera revisión, que tendrá lugar a finales de mes. Este último diario asegura que el primer ministro Boris Johnson está “personalmente a favor” de la medida.
Los países con los que se podrían establecer puentes aéreos se seleccionarían en función de su importancia económica para el Reino Unido, el nivel de riesgo de transmisión del virus y el número de pasajeros afectados.
Otro ejemplo de la relajación de medidas se dio en el mismo Estado, cuando parlamentarios del país volvieron a Westminster el martes a petición del Gobierno, determinado a poner fin al sistema híbrido por el que hasta ahora algunos parlamentarios estaban presentes en la cámara y otros seguían los debates por videoconferencia.
El cambio fue criticado por muchos, preocupados por la seguridad de los miembros del parlamento parte de los grupos de riesgo -mayores, con enfermedades crónicas o embarazadas- que no podrán seguir votando a distancia si permanecen en sus casas.
La diputada opositora laborista Valerie Vaz acusó a los responsables gubernamentales de “vivir en otro mundo” y el discapacitado conservador Robert Halfon denunció que personas como él veían “denegada su responsabilidad parlamentaria fundamental”.