La famosa ópera de Rossini, interpretada en castellano, se ofrecerá en la Sala Ginastera durante cinco funciones. Participarán destacados cantantes y la Camerata Académica. Es otra de las actividades impulsadas por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires en el receso invernal. Entrada gratuita con reserva online.
La ópera «El Barbero de Sevilla» de Gioacchino Rossini, adaptada para las infancias y en castellano, se presentará el sábado 20 de julio, a las 15.30 y a las 18; el martes 23, también a las 15.30 y a las 18 y el miércoles 24, en una única función a las 18, en la Sala Alberto Ginastera del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino. Estos espectáculos forman parte del programa «Vacaciones Divertidas en la Provincia» que promueve el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires.
La célebre obra que hizo vibrar a tantas generaciones de adultos vuelve a brindarse ahora en una versión adaptada para las infancias y cantada en castellano. De este modo, los chicos podrán introducirse en la aventura de la ópera a través de la divertida comedia de enredos protagonizada por Fígaro, el gran personaje de Beaumarchais al que Rossini le dio fama mundial.
Las entradas son gratuitas y deberán reservarse online a través del link publicado en la Web y en las redes sociales del Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y el Teatro Argentino. Para las funciones del sábado 20 de julio podrán reservarse desde el jueves 18, a las 12, y para las representaciones del martes 23 y el miércoles 24, a partir del viernes 19, también desde el mediodía.
El libro y la puesta en escena corresponden a María Jaunarena. La dirección musical será de Bernardo Teruggi y participará la Camerata Académica del Teatro Argentino.
Intervendrán los cantantes Constanza Díaz Falú/Ximena Farías (Rosina), Gabriel Carasso/Gabriel Vacas (Fígaro), Patricio Oliveira/Lautaro Chaparro (Conde de Almaviva), Román Modzelewski/Franco Gómez (Don Bartolo), Walter Schwarz/Juan Pablo Labourdette (Don Basilio), Cecilia Pérez San Martín/Estefanía Cap (Berta), Rodolfo Pettinicchio (Notario y Guardia), Franco Gómez (Sargento 1), Nicolás Tumini (Guardia y Sargento 2), Lautaro Chaparro (Guardia 2), Juan Pablo Labourdette (Guardia 3) y Álvaro García Martínez (Guardia 4).
Como músicos invitados participarán los pianistas Pablo Manzanelli y Ezequiel Fautario, la fagotista Leticia Zuccherino y el percusionista Arauco Yepes.
La escenografía es de Gonzalo Córdova, el vestuario de Elizabeth Tarasewicz, el sonido de Fernando Taberna y la iluminación de Gabriel Lorenti. Como asistente de vestuario se desempeña Luciana Raftti Chantada y a cargo de las proyecciones y el sobretitulado está María Inés Natalucci.
Las intenciones de esta versión en palabras de su autora
Dice María Jaunarena: «El barbero de Sevilla es una de las óperas más famosas y queridas. Es una comedia de enredos basada en la primera parte de la descomunal trilogía teatral de Beaumarchais, escritor francés contemporáneo de Mozart, que utilizó el humor como ‘arma de guerra’. Y demostró su eficacia. En El barbero de Sevilla –la primera de las tres obras que narran la historia del personaje– están los cimientos de su obra maestra: Las bodas de Fígaro, una comedia mordaz centrada en las desigualdades sociales y una denuncia implacable contra la nobleza de entonces. Tanto es así que, al decir del propio Napoleón, no fue la toma de la Bastilla lo que originó la Revolución Francesa, sino nada más ni nada menos que el Fígaro de Beaumarchais, ese barbero descarado que en el escenario les decía a condes y condesas lo que nadie se animaba a decirles en la vida real».
En cuanto a los propósitos de esta propuesta, señala la adaptadora y directora escénica: «buscamos tender un puente en el abismo generacional que hay hoy entre la música clásica y lo que les interesa a nuestros hijos. Nuestro objetivo es convertirnos en un vehículo para que ellos también puedan disfrutar de una de las partituras más queridas, divertidas y festejadas de todos los tiempos. Y, sobre todo, para que puedan participar de un contenido que nos atraviesa culturalmente desde hace más de dos siglos y que tiene la potencial e inapreciable virtud de levantar el horizonte emocional e intelectual al que miramos, disparando, si tenemos suerte, una pregunta inspiradora que les abra una puerta más a la propia creatividad, que aguarda siempre a ser llamada».