El misterio en torno a Diego Fernández Lima se reaviva con un giro clave. Tras el hallazgo de su cadáver 41 años después de su desaparición, en una casa de la avenida Congreso (vecina a una propiedad donde vivió Gustavo Cerati), la investigación tiene un nuevo sospechoso.

Se trata de una persona que, según los investigadores, no solo conoció a la víctima, sino que también residió en la misma casa donde se encontraron los restos.

Según fuentes judiciales se trata , de Norbert Cristian Graf, de 58 años, empleado de una conocida multinacional. Su dirección fiscal es, precisamente, la casa de la avenida Congreso donde vivió en su juventud, y donde se hallaron los huesos de Diego cuando un grupo de obreros realizaba una medianera en la casa donde vivió Cerati y se desmoronó un trozo de la tierra del jardín de los Graf.