El Ministerio de Economía activó este lunes una operación de deuda para absorber del mercado unos $5,8 billones, una masa de pesos que había quedado fuera de la licitación de la semana pasada.
La medida, considerada por el Gobierno como una acción de “pragmatismo puro”, busca evitar que el excedente de liquidez genere presiones sobre la inflación y el tipo de cambio, en un contexto de incertidumbre preelectoral.
La decisión de la Secretaría de Finanzas, a cargo de Pablo Quirno, se suma a un paquete de anuncios del Banco Central que incluye un endurecimiento de los encajes bancarios, lo que reduce la liquidez del sistema financiero. Quirno explicó que el principal objetivo es combatir la inflación, más allá del dólar.
«No vamos a asumir el riesgo de tener demanda de pesos excedente en la calle», aseguró, negando que la política esté dirigida contra los bancos. Con esta maniobra, el Tesoro ofreció títulos ajustados a la tasa TAMAR, con vencimiento en noviembre, dirigidos exclusivamente a entidades bancarias.