Bajo protocolos sanitarios y aulas adaptadas, ayer los chicos de primer y segundo año de la Escuela Municipal Malvinas Argentinas retomaron la asistencia. Este jueves se sumarán tercero, cuarto y quinto.


La directora les explica a los chicos, que aguardan en fila, impacientes por ingresar: “Yo les voy a tomar la temperatura y una auxiliar les va a poner alcohol en gel”. Y antes de tomar el termómetro, les pregunta: “¿Están contentos de haber vuelto?”. Inmediatamente, Ezequiel Cabrera (12) de primer año de la secundaria responde emocionado: “Estoy feliz, soñaba con este momento”.

En la Escuela Secundaria Municipal Malvinas Argentinas, ubicada en Beccar no es un día más. Después de un año de pandemia, es una de las escuelas que retomó las clases presenciales en San Isidro.

“Estamos contentos porque pudo comenzar el nivel que faltaba. Hasta el momento el balance es sumamente positivo, no tuvimos que suspender ninguna burbuja por un docente ni un alumno. Respetando la distancia, sumado a un lavado de manos frecuente y a la ventilación es muy difícil que se produzca un contagio dentro de la escuela”,  sostiene Marisol Reigosa, directora general de Educación del municipio.

En la secundaria, el regreso abarca sólo dos años: primero y segundo. Este jueves 11 de marzo se sumarán tercero, cuarto y quinto. Mientras que sexto se incorporará el lunes 15 de marzo.

La imagen se repite una y otra vez al ingresar a un establecimiento educativo: toman la temperatura (debe ser menor a 37.5º C), se pone alcohol en gel en las manos y se desinfecta el calzado. El uso de tapabocas es obligatorio.

Ya en las aulas, los bancos individuales están separados por un metro y medio entre sí, y a dos metros del profesor. En el patio se dispuso una doble entrada para evitar las aglomeraciones. Los recreos son de manera escalonada, es decir, salen por turnos de a dos grupos de acuerdo a la burbuja.

“Fue un inicio muy emotivo, estábamos a la espera de vernos las caras con los alumnos después de tanto tiempo de virtualidad. Tuvimos que realizar una contextualización de los contenidos para que los alumnos se puedan adaptar”, cuenta Diego Hiroz, profesor de historia y construcción de ciudadanía.

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