El Fondo Ruso de Inversión Directa y la Central de Abastecimiento y Suministros de Salud del Estado Plurinacional de Bolivia anunciaron un acuerdo que proporcionará vacunas para más del 20% de la población del país
El Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF, el fondo soberano de la Federación Rusa) y la Central de Abastecimiento y Suministros de Salud (CEASS) del Estado Plurinacional de Bolivia anunciaron un acuerdo para suministrar al país 2,6 millones de dosis de la primera vacuna registrada en el mundo contra el coronavirus, Sputnik V.
La ceremonia de la firma del acuerdo tuvo lugar hoy durante una videoconferencia con la participación del presidente de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora, el vicepresidente, David Choquehuanca Céspedes, el ministro de Salud y Deportes, Edgar Pozo Valdivia, el director general de CEASS, Víctor Hugo Aguilar Frías, el director adjunto del Departamento Latinoamericano del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa, Vladimir Belinsky, y el director general del Fondo Ruso de Inversión Directa, Kirill Dmitriev.
Este acuerdo proporcionará vacunas para más del 20% de la población del país. La vacuna para la exportación será producida por los socios internacionales de RDIF en India, China, Corea del Sur y otros países.
La efectividad de la vacuna Sputnik V fue del 91,4%. El cálculo de la eficacia se realizó en base a los datos de 22.714 voluntarios que recibieron la primera y segunda inyección de la vacuna, o placebo, en el tercer y último punto de control, 78 voluntarios enfermos, de acuerdo con el protocolo de ensayos clínicos de Fase III. Asimismo, la eficacia de la vacuna contra casos graves de infección por coronavirus fue del 100%.
La vacuna rusa tiene un conjunto de características únicas que la convierten en una de las vacunas más competitivas del mundo. Con una eficacia superior al 90%, la vacuna se basa en una plataforma de vectores adenovirales humanos. Además, el coste de una dosis de Sputnik V en los mercados internacionales no superará los USD 10, mientras que la disponibilidad de una forma liofilizada (seca) de la vacuna facilita significativamente la logística de su distribución en los mercados internacionales, gracias a los requisitos simplificados de temperatura para su almacenamiento (entre +2 y +8 grados Celsius).
Kirill Dmitriev, director ejecutivo del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), declaró: “Rusia está cooperando activamente con Bolivia en la lucha contra la epidemia de coronavirus. Agradecemos al presidente Luis Alberto Arce Catacora por la gran confianza depositada en la vacuna. La vacuna rusa se basa en una plataforma bien estudiada y probada de vectores adenovirales humanos, que ha demostrado ser segura y estar libre de efectos negativos a largo plazo, tal como lo muestran más de 250 estudios clínicos, realizados durante décadas”.
Y continuó: “A principios de este año, se envió a Bolivia el primer medicamento ruso contra el coronavirus, Avifavir, y nos complace abrir un nuevo capítulo en nuestros esfuerzos conjuntos para superar la pandemia. La vacuna Sputnik V es segura y altamente efectiva y protegerá a más del 20% de la población de Bolivia. En el futuro, esperamos ampliar la cooperación en lo que concierne a la vacuna a otros estados del continente latinoamericano”.
El Gobierno de Bolivia firmó este miércoles un acuerdo con Rusia para recibir antes de mayo 5,2 millones de dosis de la vacuna Sputnik V para inmunizar a la población boliviana frente al coronavirus, si bien en enero solo está prevista la llegada de 6.000 dosis. El presidente boliviano, Luis Arce, defendió que con este contrato “importantísimo” Bolivia busca una “salida” y dar “certidumbre” a la población frente a la pandemia, que acumula desde su inicio más de 156.000 contagios en el país sudamericano.
El mandatario explicó que el Gobierno no quiere negociar con intermediarios y, en cambio, apuesta por ir a las “fuentes principales” de la vacuna, en este caso Rusia, que también brindó el fármaco a otros países, como Argentina. Además, informó que 1.700.000 dosis llegarán a finales de marzo, en abril será similar la cantidad y el resto arribará en mayo. “Ahora sí podemos decir a nuestra población, en este año nuevo, mucha salud y muchas gracias a todos ustedes”, dijo Arce en la conclusión del acto, destacando las gestiones realizadas a nivel de cancillerías.
Por su parte, el ministro de Salud, Édgar Pozo, subrayó que este tipo de iniciativas demuestran que el Gobierno sí está adoptando “acciones concretas” para “proteger a la familia boliviana”. El Ejecutivo aprovechó también para defender que la vacuna rusa es “segura”.
Sputnik V en Argentina
El 23 de diciembre, el Ministerio de Salud autorizó con “carácter de emergencia” la vacuna rusa contra el COVID-19 Sputnik V, desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología de Rusia. Las autorizaciones con carácter de emergencia que reciben los tratamientos y las vacunas contra el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 se definen dentro del marco del tiempo pandémico que el mundo lleva adelante hace 12 meses, y en el caso de la vacuna rusa se trata de una presentación Estado a Estado.
Según el Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Argentina fue el primer país latinoamericano en registrar oficialmente el Sputnik V en su territorio. “El registro se realizó a través de una autorización de emergencia (”emergency use authorization”). La vacuna fue aprobada por el regulador ANMAT sin ensayos clínicos adicionales en Argentina y con base en los resultados de los ensayos clínicos de Fase III llevados a cabo en Rusia”, dicta el comunicado oficial de la RDIF.
Según detalló a este medio el médico infectólogo Roberto Debbag (MN 60253) “en la Argentina se presentan todos los documentos de las investigaciones preclínicas, Fases I, II y III, seguridad más los papeles de las técnicas de elaboración y las certificaciones de las fábricas, que también deben ser revisados por ANMAT para luego aprobar su producto”.
“En los últimos 20 años todas las vacunas que han sido aprobadas lo fueron lo con aprobación previa de la FDA o la EMA; esas son habitualmente algunas condiciones que hacen que la ANMAT tenga lo que se llama fast track que hace que algunos procesos sean más acelerados -precisó el vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Infectología Pediátrica-. En la Argentina, desde el momento que un laboratorio presentaba una vacuna hasta que se aprobaban pasaban mínimamente dos años; ahora con la aprobación de las vacunas en AMAT pasarían a la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) y ella es la que va a emitir una recomendación de su uso y a quiénes”.
Sobre qué alcances e implicancias tiene una aprobación de emergencia, el experto explicó que “con datos interinos no completos de la Fase III puede generarse una aprobación, pero ésta estará condicionada a que se haga una buena Fase IV, que es la vigilancia en tiempo real de la administración de la vacuna en un país y que debe ser lo suficientemente robusta como para documentar en forma activa y pasiva los efectos adversos que puedan ocurrir cuando aumente la cantidad de pacientes que superen la Fase III”. Además, aclaró, “la Fase IV mide la efectividad, es decir cómo impacta la eficacia que tiene en la población”.