El humorista contó que sufrió una neumonía bilateral y que estuvo 11 días internado con fiebre alta
En octubre, Fredy Villarreal estuvo internado en terapia intensiva por un cuadro de salud complicado debido al coronavirus. El popular actor pudo recuperarse y salir adelante durante estos meses, aunque todavía le quedaron algunas secuelas por la enfermedad.
“El COVID te lleva puesto un montón de cosas…”, aseguró en una entrevista con Nosotros a la mañana, el ciclo conducido por el Pollo Álvarez por la pantalla de El Trece. “Tenía un 50% de probabilidades de vida. Me lo dijeron al final, porque tenía una neumonía bilateral”, explicó el humorista y aseguró que nunca le tuvo miedo a la muerte.
Cuando le preguntaron qué aprendió de esta experiencia, Fredy respondió: “Yo creo que no estaba tan equivocado en el sentido que tenía mi vida. Haber luchado en dos oportunidades contra la muerte no me hizo cambiar… Si fuese una escritura de Word, es como si lo hubiese puesto más en negrita, al objetivo lo puse más subrayado. No estaba tan errado en que no hay que ser garca, hay que ser buena gente, tenés que amar y cuidar a los tuyos”.
Aunque admitió que a partir de superar la enfermedad dejó de proyectar en un futuro lejano. “Yo puedo ver hasta mañana al mediodía lo que voy a hacer, ya mañana a las 6, 7, hablamos… Después con el Google Calendar podés ver qué vas a hacer en tres meses, pero no pienso más allá de esa fecha”, manifestó Villarreal y recordó que durante su internación estuvo 11 días con 40 grados de fiebre.
Durante la charla, Freddy habló de su recuperación y de las secuelas que le quedaron a pesar de superar la enfermedad: “Yo le estoy poniendo garra. Hago gimnasia todos los días, juego al fútbol y hago kinesiología. Estoy jugando y me cuesta. Me mató cuando me dijeron que tenían que pasar 3 meses para poder jugar al fútbol, para empezar a trotar”.
Asimismo, admitió que como tenía tantas ganas de volver a jugar un partido, decidió no hacerle caso al consejo de su médico: “A la segunda semana me fui a jugar un partido de fútbol con amigos. Corrí un montón y yo no le contaba lo que pasaba por dentro. No daba más. Terminó el partido y me puse a llorar. Lo llamé al médico para decirle: ‘Disculpame, te desobedecí y juegué un partido los 90 minutos… Y hoy estoy en silla de ruedas, pero me la banco’. Y me contestó: ‘Cuánto me alegro que hayas jugado porque hace 15 días no podía dormir pensando que te ibas a la mierda…’. Lloré también”.
Luego, el actor manifestó: “Me quedaron secuelas, son como cicatrices que quedan en el pulmón, esas cicatrices son como un puente para una oxigenación futura. Estoy tratando de que esas cicatrices se vayan yendo y si quedan las voy a saltar, no le voy a dar bola”.
Para concientizar a quienes piensan que el virus ya pasó, el artista aseguró: “Yo ahora que podría decir: ‘ya me agarró…’, pero me tengo que seguir cuidando. Creo que no hay que aflojar, es una guerra que no terminó, por más que llegue la vacuna. Jugamos con una ventaja que sabemos lo que pasó en Oriente y en Europa. Ellos dijeron acá se terminó todo y están en la tercera y cuarta ola. Nosotros tenemos que tener un poquito de conciencia”.