Eclipsada por el desarrollo del Instituto de Investigación de Epidemiología y Microbiología Gamaleya, una nueva y segunda vacuna contra el COVID-19 fue presentada esta semana por las autoridades rusas


Una de las vacunas más avanzadas del mundo contra el nuevo coronavirus que produce la enfermedad COVID-19 es la Sputnik V desarrollada por Rusia que el mismo presidente Vladimir Putin presentó al planeta el 11 de agosto último sin todavía tener aprobada la crucial y definitiva fase clínica III, que involucra el seguimiento de decenas de miles de personas.

La vacuna, que ya está siendo aplicada en Rusia, será la primera en llegar a la Argentina, según anunció el propio presidente Alberto Fernández el jueves último que el Gobierno firmó el contrato para la adquisición de las primeras dosis de la vacuna Sputnik V contra el coronavirus SARS-CoV-2. El anuncio significa un paso certero para la llegada de las primeras vacunas contra el virus que genera la enfermedad COVID-19, que en nuestro país ya causó casi 1,5 millones de infecciones y 40.600 muertos en tan solo 9 meses desde la llegada a nuestro país el 3 de marzo último.

Pero la avanzada vacuna Sputnik V, única inoculación en ser elaborada con una tecnología de adenovirus humano de dos vectores diferentes, Ad5 y Ad26, para una primera y una segunda inyección y que no contiene adenovirus humanos vivos, sino vectores adenovirales humanos que no son capaces de multiplicarse y son completamente seguros para la salud, no es la única que los científicos rusos han creado para combatir al coronavirus.

Rusia ha enviado esta semana a la Organización Mundial de la Salud (OMS) la documentación de la segunda vacuna contra la COVID-19 registrada en su país, llamada EpiVacCorona. Así lo confirmó el miércoles pasado la jefa sanitaria rusa, Anna Popova: “El 8 de diciembre se envió a la OMS la documentación de otra vacuna rusa. Se trata de la EpiVacCorona. Estamos esperando la decisión de la OMS” sobre su registro, dijo Popova en una conferencia sobre la lucha contra la COVID-19 y otras enfermedades infecciosas, de acuerdo con la agencia Interfax.

EpiVacCorona fue desarrollada en el centro científico siberiano Véktor, dependiente de la Agencia rusa para la Defensa del Consumidor (Rospotrebnadzor), que dirige Popova. Según sus creadores, la vacuna garantiza inmunidad al menos durante 6 meses, puede ser administrada en varias ocasiones y no provoca reacciones alérgicas, como se estableció en las pruebas con animales y personas, ya que ha sido elaborada a base de partículas del nuevo coronavirus sintetizadas artificialmente. “Cerca de 1.000 personas han recibido esta vacuna en el marco de las pruebas clínicas y todos los voluntarios se sienten bien”, agregó Popova.

La viceprimera ministra rusa Tatyana Alekseevna Golikova también se refirió al nuevo desarrollo: “Quiero señalar que se llevaron a cabo estudios clínicos en cien voluntarios. A diferencia de la primera vacuna rusa Sputnik V, que es una vacuna vectorial, es decir, producida a base de adenovirus, la nueva vacuna se creó sobre la base de una de las plataformas sintéticas prometedoras, es una vacuna peptídica, consiste de fragmentos cortos de proteínas virales sintetizados artificialmente llamados péptidos, a través de los cuales el sistema inmunológico aprende y, posteriormente, reconoce y neutraliza el virus. Debo decir que la vacuna se caracteriza por la ausencia de reactogenicidad y un nivel de seguridad suficientemente alto”.

“Consideramos que se podrá aplicar a personas mayores y a pacientes con enfermedades crónicas”, indicó Popova poco después de que la EpiVacCorona fuera registrada en octubre pasado por el Ministerio de Sanidad Rusia.

El Director General Rinat Maksyutov dijo en una conferencia virtual: “La ventaja esperada de esta vacuna en comparación con otras plataformas de vacunas es la efectividad que tiene contra cepas que evolucionan antigénicamente, ya que contiene epítopos conservadores del SARS-COV-2. Es muy segura, simple de producir y tiene estabilidad en sus componentes brindando una ventaja a la hora de ser almacenada o transportada a las unidades vacunatorias”.

Está previsto que EpiVacCorona entre en circulación civil durante enero de 2021, según datos del certificado de registro de vacunas publicado en el registro estatal de medicamentos. El Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología “Vector”, creado en 1974, es uno de los centros científicos virológicos y biotecnológicos más grandes de Rusia.

Según la información de ensayos clínicos rusos, los ensayos combinados de primera y segunda fase de la vacuna EpiVacCorona se registraron el 24 de julio de 2020. Los estudios aleatorios, controlados con placebo y simple ciego involucrarán a 100 voluntarios de 18 a 60 años. Pero aún hay más: es posible que se registre en diciembre una tercera vacuna, desarrollada por el Centro Científico Federal de Chumakov, en Moscú. Los ensayos clínicos de Fase 2 comenzaron el 19 de octubre pasado.

Sobre la situación epidémica en el país, la responsable de Rospotrebnadzor destacó que la letalidad de la COVID-19 en Rusia es del 1,7 por ciento, inferior a la media mundial, que es del 2,6 por ciento. Rusia, que a día de hoy acumula más de 2,6 millones de positivos confirmados, es el cuarto país en el mundo después de Estados Unidos, la India y Brasil por número de contagios y alcanza los 46.400 muertos.