Un informe concluyó que los descubrimientos científicos y las mejoras en el tratamiento de los pacientes son factores clave que ayudaron a reducir la cantidad de decesos en relación a la de contagios, mientras se espera con ansiedad por la vacuna


La probabilidad de que una infección por coronavirus resulte fatal se ha reducido en casi un tercio desde abril debido a la mejora del tratamiento, afirmaron el jueves pasado investigadores del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME, por siglas en inglés) de la Universidad de Washington.

En los Estados Unidos, la enfermedad de COVID-19 ahora mata alrededor del 0,6% de las personas infectadas con el virus, en comparación con el 0,9% aproximado al comienzo de la pandemia, manifestó a la agencia Reuters el director del IHME, el Dr. Christopher Murray.

Aseguró que las estadísticas reflejan que los médicos han descubierto mejores formas de cuidar a los pacientes, que incluyen el uso de anticoagulantes y oxígeno. También se han identificado tratamientos eficaces, como el esteroide genérico dexametasona.

Los expertos han luchado por medir con precisión una métrica crucial en la pandemia: la tasa de mortalidad o el porcentaje de personas infectadas con el patógeno que es probable que mueran. La dificultad se ve agravada por el hecho de que muchas personas que se infectan no experimentan síntomas y nunca son identificadas.

IHME señaló que utiliza una tasa de mortalidad por infección (IFR, en inglés) derivada de encuestas después de tener en cuenta la edad. Las personas mayores tienen un riesgo mucho mayor de morir por COVID-19 que las personas más jóvenes.

“Sabemos que el riesgo está profundamente relacionado con la edad. Por cada año de edad, el riesgo de muerte aumenta en un 9%”, expresó Murray.

El instituto de Seattle, una fuente influyente de los pronósticos de COVID-19, aseguró que también ha determinado que la tasa de mortalidad por COVID-19 es peor en comunidades con altos niveles de obesidad.

El grupo indicó que ahora ha cambiado a un IFR que varía con el tiempo, disminuyendo desde la primera ola pandémica en marzo y abril en alrededor de 0,19% por día hasta principios de septiembre.

También varía de un lugar a otro en función de la prevalencia de la obesidad y continúa variando según la distribución de la población por edad.

IHME afirmó que su análisis de las tasas de mortalidad estandarizadas por edad de más de 300 encuestas sugiere una disminución del 30% desde marzo/abril.

A pesar de esa tendencia positiva, las infecciones y las hospitalizaciones se han disparado en todo el país en las últimas semanas. El grupo señaló que su modelo estima 439.000 muertes acumuladas en Estados Unidos para el 1 de marzo próximo y un pico de muertes diarias de 2.200. a mediados de enero.