La noticia se conoció apenas un día después de la muerte de un niño de 11 años, el primer menor fallecido por esta enfermedad en el país


Una bebé de 10 meses que había dato positivo por COVID-19 y tenía problemas cardíacos murió en la madrugada del lunes en Paraguay, según informaron medios locales. La noticia se conoce apenas un día después de la muerte de un niño de 11 años, el primer menor fallecido por Covid-19 en el país.

La niña había ingresado hace 12 días en la clínica la Clínica Periférica IPS Ingavi de Asunción. Debido a que sufría una cardiopatía congénita e insuficiencia respiratoria fue ingresada en cuidados intensivos.

En los últimos días, sin embargo, la niña ya no respondía de manera favorable a la terapia, según dijo el doctor Ricardo Oviedo, director del IPS Ingavi, al diario ABC Color.

Oviedo agregó que en la clínica hay otros dos menores internados por el nuevo coronavirus, uno de dos y otro de ocho años, ambos con evolución favorable.

En general, los niños que se contagian con el nuevo coronavirus muestran síntomas menos graves que los adultos, aunque pueden contagiar COVID-19 siendo asintomáticos o después de presentar síntomas. Hasta ahora, los índices internacionales apuntan que las personas mayores de 60 años y aquellos que padecen comorbilidades o enfermedades inmunosupresoras son más propensos a contagiarse y morir de COVID-19.

Aumento de los casos

Paraguay todavía cuenta con una de las tasas de infección y mortalidad más bajas de América Latina, pero el número de casos se ha cuadriplicado desde mediados de julio a más de 15.000. A principios de esta semana, el Gobierno anunció que el presidente, Mario Abdo Benítez, limitaría sus apariciones públicas después de que miembros de su gabinete, incluido el ministro del Interior, que es responsable de la vigilancia, dieran positivo por coronavirus.

El ministro de Salud de Paraguay, Julio Mazzoleni, afirmó este viernes que el sistema sanitario del país se encuentra con “una altísima exigencia” ante el considerable aumento de contagios y muertes por la COVID-19 este agosto, con 216 fallecimientos hasta lo que va de mes. Se trata del periodo con mayor índice de mortalidad desde que en marzo apareciera el coronavirus, y que ha elevado el total de decesos a 265 y el número de contagios a algo más de 15.000, según el último reporte de este jueves del Ministerio.

Los 400 a 550 nuevos casos por día observados en la última semana son insostenibles y deben reducirse a no más de 500 por semana, dijo Mazzoleni.

También indicó que se necesita cambiar las cifras del país en los próximos meses, de lo contrario, el sistema podría verse abrumado.

Las cuarentenas limitadas y el distanciamiento social son las herramientas preferidas del Gobierno para contener el virus en el futuro, y el regreso a la estricta cuarentena de marzo y abril se reserva como una medida de último recurso, dijo.

Mazzoleni reconoció también el desabastecimiento de insumos y reactivos denunciado por el personal médico, y que impactaron en la capacidad de procesamiento de muestras, aunque señaló que esa situación cambiará “substancialmente a partir de la semana que viene”.

Los riesgos de un colapso de la precaria sanidad pública del país fueron advertidas por gremios médicos y sociedades científicas, con quienes Mazzoleni mantiene reuniones desde la pasada semana en busca de estrategias para solventar ese escenario.