Un grupo de investigadores liderados por la farmacéutica AstraZeneca realizará un ensayo en agosto en pacientes para los que una vacuna podría no ser tan efectiva. Los detalles y qué sucederá si se demuestra la efectividad de la terapia
A siete meses y más de diez millones de casos confirmados, la pandemia del COVID-19 se ha convertido en la peor crisis de salud pública en un siglo. Más de 500.000 personas han muerto en todo el mundo. También desencadenó una revolución en el mundo de la investigación, ya que científicos, médicos y otros académicos se encuentran trabajando a contrarreloj para comprender la nueva enfermedad y buscar cuanto antes una cura que pueda combatir al virus.
En este sentido, un grupo de científicos liderado por la compañía farmacéutica AstraZeneca, en Reino Unido, probará una terapia con anticuerpos del COVID-19 en personas, con el objetivo de proteger a las personas de tercera edad del virus, ya que son el sector de la población a la que la enfermedad produce consecuencias más graves.
El ensayo se realizará en agosto. El procedimiento será a través de vacunas con dosis de anticuerpos de personas recuperadas y se inyectarán a 30 adultos mayores de Reino Unido. La prioridad de las dosis, está orientada a personas con sistemas inmunes débiles y para los de la tercera edad. Si la prueba tiene éxito, la terapia se acelerará en ensayos a gran escala en miles de personas en la temporada de otoño e invierno del país europeo.
Los anticuerpos son generados por el sistema inmune y tienen estructuras químicas únicas para inhibir patógenos específicos. El anticuerpo contra el coronavirus intercepta la proteína espiga en la envoltura viral para evitar que se una a las células humanas. Tras el desembarco de la enfermedad, la respuesta del organismo y la inmunidad que genera cada persona que atravesó el COVID-19 fue uno de los grandes tópicos que actualmente se encuentra bajo la lupa de los científicos.
Por el momento, el tratamiento de la farmacéutica británica fue descrito por los científicos gubernamentales como “muy emocionante”, debido a que funciona recreando las sustancias naturales del cuerpo para combatir enfermedades en un laboratorio e inyectándolas en pacientes vulnerables.
Por otro lado, también está diseñado para personas con sistemas inmunes tan débiles que las vacunas convencionales no los protegen por completo. Además, sería adecuado para quienes están atravesando tratamientos como quimioterapia y medicamentos inmunosupresores, o pacientes de edad avanzada que naturalmente luchan para combatir las infecciones.
AstraZeneca, que ya se ha asociado con la Universidad de Oxford para desarrollar una vacuna COVID-19, aseguró que el tratamiento con anticuerpos podría proteger a las personas de contraer la infección durante seis meses y que la terapia también se podría usar en personas que ya están infectadas para evitar que la enfermedad progrese.
El mundo de los anticuerpos
Los anticuerpos son sustancias producidas por el sistema inmune que almacenan recuerdos de cómo combatir un virus específico. Solo se pueden crear si el cuerpo estuvo expuesto al virus al infectarse o mediante una vacuna así como de otro tipo de terapia inmunológica especializada.
Si se detecta anticuerpos inmunoglobina M en un paciente, esa persona está transitando un período agudo de la enfermedad. Si esa persona tiene anticuerpos de inmunoglobina G es porque ya resolvió la enfermedad y tiene anticuerpos contra ella. “Si la persona da como resultado que tiene inmunoglobina M ahí se lo debe aislar pero no es el caso de la inmunoglobina G que es algo que ya transitó el paciente”, explicó Gustavo Lopardo, médico infectólogo (M.N.74.429) y ex presidente de la Sociedad Argentina de Infectología.
“Cuando la persona ya formó anticuerpos no contagia. Es decir, un paciente que transitó la enfermedad va a elaborar anticuerpos contra el virus que sirven como si fueran defensas. En el modelo teórico no se volvería a infectar sino que estaría inmunizado y no correría riesgo”, adelantó a este medio Gabriela Piovano, médica infectológa del Hospital Muñiz.
En la misma línea, Piovano explicó que en el modelo teórico la persona ya tendría las defensas preparadas para nunca más volver a cursar la enfermedad, pero con el coronavirus es todo muy nuevo y relativo: “No tenemos certeza si realmente es anticuerpo sirve en un posible caso de una nueva cepa del virus debido a que aún es un escenario muy nuevo y hay evidencia que demostró que es un virus que fue mutando”.