Por iniciativa de los alumnos de 6to año del Instituto Madre Rafaela, que solicitaron materiales a través de una carta dirigida al Municipio, recibieron palas, carretillas, regaderas y la tierra necesaria para encarar un proyecto educativo transdisciplinario.
El Municipio de San Fernando está siempre atento a las necesidades de los establecimientos educativos del distrito. Así, ante un pedido de los alumnos de 6to año del Instituto Madre Rafaela que tienen un proyecto de huerta orgánica en el mismo, entregó tierra y herramientas varias de labranza.
Al respecto, el Director del Área de Investigación y Cuidado de los Recursos Naturales, Gabriel Tato, destacó: “Este es un proyecto de Huerta Orgánica muy interesante en el que interactúan distintas áreas del Instituto Madre Rafaela perteneciente al Colegio San Rafael. Realmente, es un placer para el Municipio –en este caso desde el área de Ambiente- colaborar y acercarle materiales, la tierra, y todo lo que necesitan para que los alumnos desarrollen esta actividad y experiencia tan linda de generar y producir sus propios alimentos”.
Y explicó: “Hemos traído palas de punta y anchas, carretillas y regaderas, entre otros elementos necesarios para desarrollar esta actividad”.
La profesora María Cabrera agregó: “Los chicos de 6to tuvieron la iniciativa de escribir una carta para pedir los elementos que trajeron hoy; para ellos es muy importante y novedoso. En particular, nos ayudó el profesor de Lengua y Literatura, porque tratamos de relacionar lo que hacemos con todas las áreas en las que trabajamos. Del proyecto participan los alumnos de 4to, 5to y 6to grado”.
Cabrera destacó que recibieron del Municipio los elementos como palas y rastrillos para hacer una huerta en un espacio del colegio sin uso, y con los chicos se les ocurrió darle vida. “La profesora de Físico Química trabaja en lo que es el alimento y como llega al hogar; entonces se le ocurrió la idea de la huerta y su proceso, y a los chicos les encantó. Estamos felices de ver el proceso de una planta y su crecimiento”, sostuvo.
Por último, la docente Cabrera destacó: “Cuando pensamos en la huerta, el lugar físico lo teníamos, pero no los elementos, que sabemos son costosos. Así que a los chicos se les ocurrió pedírselos al Municipio a través de una carta, y por suerte hoy los recibimos para poder empezar”.