El Centro Barrial de Juventud de Villa Martelli (Balcarce 770) abrió sus puertas para recibir a más de 40 niños que dejan de ser parte del Centro Barrial Infantil para formar parte de este CBJ.
Allí estuvieron presentes el intendente Jorge Macri, la secretaria de Desarrollo Social, Soledad Martínez, y autoridades de los distintos centros, acompañando a los jóvenes en esta nueva etapa.
Vicente López cuenta con 5 centros barriales de infancia que buscan fomentar el desarrollo de aptitudes de niños de entre 3 y 12 años.
En ellos, se realizan talleres semanales para familiares, que son dictados por profesionales de cada una de las sedes y en articulación con distintas áreas, como el Centro de la Mujer, Vicente López Previene, Acción Comunitaria, Desarrollo Económico y el Centro de la Niñez.
“Desde el primer día, trabajamos sin descanso para generar espacios donde los más chicos reciban contención, aprendan valores y hagan amistades que queden para siempre”, dijo el jefe comunal y agregó: “Y los Centros Barriales de Infancia son un enorme ejemplo de nuestro compromiso en ese sentido”.
Además, se realizan acompañamientos individuales y grupales en promoción y protección de derechos. Desde el área de Educación, se hace un trabajo articulado con las escuelas de la zona y se realiza un acompañamiento en la trayectoria escolar de los niños. Se ofrece apoyo escolar en las sedes de El Ceibo, La Loma y Habana.
“Seguimos dando pasos para mejorar nuestra educación y lograr que los más jóvenes puedan ser los dueños de su futuro”, finalizó el intendente.
En materia de salud se realiza un trabajo articulado con las UAP zonales con talleres de promoción, espacios de acercamiento entre profesionales de la salud y las familias, acompañamiento en las turneras, constancia de aptos físicos y vacunación.
Desde los CBI, a su vez, se dictan 14 talleres de baile, rock, fotografía, arte, teatro, manualidades, ping pong, iniciación deportiva, ajedrez, robótica, impresión 3D, recreología, huerta, música y expresión cultural.
Y, por otra parte, se les da una alimentación sana y adecuada para su edad. Se busca cuidar el crecimiento físico e intelectual, y evitar que se produzcan situaciones irreversibles provocadas por una deficiente dieta alimentaria.
Una vez finalizada esta etapa, los jóvenes entre 12 y 21 años son recibidos en los centros barriales de juventud, donde continúan realizando distintas actividades. En este sentido, Bettina von Alvensleben comentó: “Estamos muy emocionados y orgullosos, hoy los chicos empiezan a transitar otro espacio. Nosotros le llamamos puente pedagógico, donde no solo los acompañamos físicamente si no que también les brindamos la contención necesaria en esta transición”.