Cientos de vecinos de Ingeniero Maschwitz participaron del acto organizado por la Municipalidad de Escobar para recordar el 108º aniversario de lo que se considera la fundación simbólica del pueblo.

Por entonces, el presidente José Figueroa Alcorta decretó el nombre de “Carlos Maschwitz» a la parada del kilómetro 47 del flamante Ferrocarril Central Argentino. Y fue allí, en el andén de la vieja estación, donde la Secretaría de Cultura diseñó una puesta en escena que incluyó la presencia de un “señalero” vestido de época con el uniforme original aportado por el Club de Ferroviarios de Escobar. El trabajador hizo sonar su tradicional silbato, flameó un pañuelo verde y agitó la farola ante la llegada de las nuevas formaciones que se detenían sorprendidas ante el pintoresco espectáculo. Hubo más: damas y caballeros vestidos a la moda de la “Belle Époque”, una exhibición de objetos históricos y fotografías inéditas, músicos en vivo de la Escuela Orquesta de Ingeniero Maschwitz tocando violines y chelos, y las recordadas milongas camperas del maestro Alfredo Gobbi.
Al mismo tiempo, se presentó un proyecto innovador del intendente Ariel Sujarchuk. Se trata de un libro con la historia de Ingeniero Maschwitz contada por su propia gente, a través de entrevistas a los vecinos ilustres del pueblo que serán realizadas por alumnos y docentes de la Universidad Popular de Escobar. La primera de esas entrevistas se realizó en vivo durante la celebración. Alrededor del escritorio de roble de Eslovenia que perteneció a Benito Villanueva y que hoy es una pieza invaluable del museo, el licenciado Sacha Kun Sabo, rector de la UPE, mantuvo una nostálgica conversación con María Eugenia Cufré, conocida simplemente como “Mariquita” por los todos los vecinos de la localidad.