Allegados a las víctimas soltaron globos para pedir justicia. Este martes se conoce la sentencia contra el chofer, único acusado.
Justicia. Ese fue el principal pedido de los familiares y amigos de las víctimas de la tragedia de TurBus en Mendoza, de la que este domingo se cumplió un año. El accidente en la alta montaña ocurrió en la madrugada del 18 de febrero del 2017, pocos kilómetros antes del límite con Chile, con un saldo trágico de 19 muertos. También hubo 20 personas que terminaron heridas y muchas de ellas estuvieron presentes en la terminal de ómnibus de la provincia cuyana, donde se realizó un sentido homenaje, lleno de muestras de afecto y dolor.
El reclamo quedó plasmado en una bandera que se plantó en el andén 18 de la estación mendocina, frente a unas 50 personas que recordaron públicamente a sus seres queridos. “Justicia por las 19 víctimas y heridos de Horcones”, decía el estandarte, que se ubicó en el mismo sitio desde donde salió el colectivo hacia Chile.
“De acá se fueron y no volvieron más”, dijo Alfredo Olivera, que perdió a tres familiares en ese accidente. También hubo una suelta de globos blancos y negros, en medio de un profundo silencio sólo interrumpido por los llantos de los presentes.
Justicia es, también, lo que esperan todos ellos que aparezca este martes, cuando la Octava Cámara del Crimen dicte sentencia contra el único imputado. Se trata del chofer chileno Francisco Sanhueza, quien estaba al mando del micro que volcó a causa de la alta velocidad con la que transitaba por un camino peligroso.
Las pericias confirmaron que Sanhueza conducía a 100 km/h por la zona conocida como “curva del Yeso”, donde la velocidad máxima permitida es de 40 km/h. Los testimonios de los sobrevivientes también lo complicaron ya que, según se ventiló en el juicio, minutos antes del vuelco varios pasajeros le insistieron incluso a los gritos para que bajara la velocidad, sin que él accediera al pedido.
El chofer puede ser condenado a una pena de entre 8 y 25 años de prisión, si es declarado culpable por el delito de homicidio simple con dolo eventual, tal como impulsa la Fiscalía en su acusación contra Sanhueza. En cambio, si es hallado responsable de homicidio culposo, como ocurre habitualmente en los accidentes de tránsito, la condena sería mucho menor: de 3 a 6 años de cárcel.
“Es muy injusto. Por más que le den 50 años, nada va a devolver lo que este chofer nos quitó”, agregó Olivares, familiar de Alicia Costa (50), Cintia (30) y el pequeño Valentín (11 meses), tres víctimas fatales de la tragedia.
La defensa de Sanhueza reconoce el exceso de la velocidad, pero insiste en que el chofer no tuvo la intención de causar el accidente. “Cometí un error y pido disculpas, espero que me perdonen algún día”, declaró el chofer durante el juicio, en el que trató de justificar las maniobras que lo llevaron al vuelco: “Fui encandilado por al menos dos autos y perdí el sentido de la ruta», explicó.
Luego, admitió que iba demasiado rápido, pero culpó a las exigencias que les imponen las empresas de transporte a sus conductores para que cumplan con los horarios de viaje: “A los choferes nos presionan”, explicó.