La ciencia logró embarazos en mujeres con menopausia precoz mediante la activación de folículos durmientes. El procedimiento brinda esperanza a mujeres jóvenes con escasa reserva ovárica.


En las últimas décadas son muchos los factores que influyeron en el retraso de la maternidad: componentes sociales, laborales, económicos, etc. Sin embargo, la biología no acompañó esta tendencia y, al día de hoy, el mejor momento reproductivo de la mujer se da en la década de los veinte cuando muchas mujeres aún no se plantean ser madre. Es entonces cuando se liberan los mejores óvulos, con el objetivo de aumentar las posibilidades de un embarazo sin complicaciones que dé lugar a un bebé sano.

No obstante, se calcula que 1% de las mujeres sufre fallo ovárico temprano –o menopausia precoz– y que, pese a su juventud, tendría problemas para lograr un embarazo.

En el marco de un estudio llevado a cabo en colaboración con el hospital La Fe de Valencia, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) consiguió cuatro embarazos en pacientes que padecían fallo ovárico precoz mediante el rejuvenecimiento ovárico. Esta es precisamente una de las líneas de investigación llevadas a cabo por ese centro y que dirige el profesor Antonio Pellicer, copresidente y fundador del grupo. «Estamos contemplando métodos innovadores para activar folículos que de otra forma no se desarrollan y los resultados están siendo prometedores. Este tratamiento abre una puerta a la esperanza a pacientes que de otro modo no tenían alternativas para gestar con sus propios óvulos», explicó el especialista.

Para lograr un rejuvenecimiento ovárico –que active el crecimiento de los folículos en estadios precoces, independientes de la acción de las gonadotrofinas–, el instituto investigó dos técnicas: la fragmentación del tejido ovárico (OFFA, por las siglas en inglés de Ovarian Fragmentation for Follicular Activation) y la infusión de células madre en la arteria ovárica. Ambas consiguen que el ovario, el órgano responsable de la ovulación, revierta parcialmente su proceso de envejecimiento y active los folículos durmientes, que de otra forma permanecerían en el ovario sin desarrollarse, ni siquiera mediante el uso de medicamentos.

En la primera técnica, que actualmente IVI Valencia ofrece a pacientes con fallo ovárico precoz como última opción previa a someterse a un tratamiento de ovodonación, se obtiene una muestra de corteza ovárica mediante laparoscopia, se fragmenta y vuelve a implantarse. Este procedimiento es poco molesto para las pacientes, que reciben el alta el mismo día. El doctor Fernando Neuspiller (MN 82.815) explicó a Infobae que «el resultado de la intervención puede evaluarse con un simple análisis de sangre para comprobar el cambio en los niveles de la hormona antimulleriana, un marcador de la reserva ovárica». El resultado también es el crecimiento de folículos que estaban quiescentes, al igual que con la primera técnica.

Otro método de rejuvenecimiento ovárico consiste en la infusión de células madre de la médula ósea (BMDSC, por las siglas en inglés de Bone Marrow-Derived Stem Cells) en la arteria ovárica. Este procedimiento se enmarca en un estudio piloto llevado a cabo por el profesor Antonio Pellicer y su colaboradora la doctora Sonia Herraiz conjuntamente con el hospital La Fe de Valencia. Esta técnica ofrece también resultados prometedores, ya que incluso se produjeron embarazos espontáneos en mujeres con baja reserva ovárica tras someterse a un trasplante de médula ósea.

«Esta técnica hasta el momento ofrece resultados prometedores, ya que incluso se han producido embarazos espontáneos en mujeres con baja reserva ovárica tras someterse a un trasplante de médula ósea», destacó Neuspiller, quien aclaró que «ambas técnicas se encuentran actualmente en investigación».

«Son líneas de investigación que probablemente tengan mucho futuro pero no a corto plazo», finalizó.